¿Cómo contar 66 veces una misma historia? ¿Es posible todavía reivindicar el estilo? ¿Es relevante hacerlo en las artes vivas?

En Ejercicios de estilo, un libro divertidísimo e inclasificable de Raymond Queneau, este artista narraba una y otra vez, y así hasta alcanzar 99 maneras, un incidente trivial, haciendo uso y abuso de todo tipo de retóricas: metáforas, onomatopeyas, versos alejandrinos y muchos etcéteras.

Ahora, la compañía teatral Colectivo Armadillo se inspira en ese célebre título del autor francés para hacer lo propio con una breve escena, un pequeño diálogo banal: en 66 ejercicios de estilo, que entre el 22 y el 25 de octubre estará en la Sala 1 del Centro Coreográfico Canal, los dos intérpretes que están sobre el escenario, Jesús Barranco y Raúl Marcos, practican 66 variaciones, entre lo estrictamente formal y los estilos teatrales, que han transitado o por los que se han interesado a lo largo de sus respectivas trayectorias.

Una historia viva de la dirección escénica
Así, en este ejercicio metateatral, los actores se dejan invadir por voces y estilos de todas las épocas, encerrados en un loop artístico, un esfuerzo de ingenio actoral y dramatúrgico en el que la dificultad parece un fin en sí mismo, y acaba constituyendo una suerte de historia viva de la dirección escénica.

Algunas de esas 66 variaciones tienen que ver con estilos chejovianos, brechtianos o lorquianos, con bufones y pantomimas, con un auto medieval o con el Romanticismo, con Hamlet, el cabaret, la stand up comedy y el teatro radiofónico. Se hace en clave de clown o de musical; se improvisa o se invoca a Meyerhold. Pero, finalmente, estos 66 ejercicios de estilo no llegan nunca a ser pieza escénica, y su esencia está en que se queda en el borrador, en el esbozo, invitando al público a completar e imaginar el clímax que no existe. Y a que acompañe la reflexión que supone encontrar respuestas a las preguntas del principio.

En activo desde 2005, Colectivo Armadillo, formado por Carlos Rod, Pilar Campos, Oscar G. Villegas, Luciana Pereyra, Raúl Marcos y Jesús Barranco, se define como un grupo en el que sus integrantes caminan en sentidos diferentes hacia una misma dirección; esto quiere decir que dentro de un proyecto común cada uno busca responder a preguntas particulares dependiendo del lugar vital y artístico en que se encuentre.