1 -Costa da Morte es de alguna manera una consecución de tu trabajo previo, como Montaña en sombra o La imagen arde, pero también un paso más a modo de work in progress.

He estado centrado estos últimos años en la idea de paisaje, trabajando mucho en proyectos que avanzaban paralelamente. Estos tres proyectos que mencionas se fueron desarrollando a la vez. Primero grabé “Costa da Morte” e hice una primera fase de montaje, hasta que me agoté. Luego realicé “Montaña en sombra”, “En el movimiento del paisaje”, y alguna pieza de “Paisaje-Duración”. Pasó un año y volví al montaje de “Costa da Morte” hasta terminarlo. Esta pausa me permitió tomar distancia con las imágenes y verlo todo con mayor claridad.

Hasta ahora he ido trabajando así, con varios proyectos simultáneos en distintas fases de desarrollo. Me siento cómodo en esa situación. Trabajo de un modo muy solitario: suelo grabar yo sólo para poder estar perceptivo al espacio que me rodea, hago la edición sólo para sentir la intimidad de la imagen... Esto me permite también no tener que esperar por nada para llevar a cabo la idea: responder rápidamente a los impulsos. Hace poco descubrí una cita de Godard que se aplica muy bien a la filosofía que tengo: “Si sólo tienes un dólar, haz películas que cuesten un dólar”. Así he ido avanzando, tratando de profundizar en cada película en los conceptos que me interesaban en ese momento.

Por el amplio recorrido por festivales de “Costa da Morte” he estado viajando todo el tiempo durante este último año y medio. Ha sido una experiencia extremadamente enriquecedora pero no me ha permitido grabar ni un sólo plano. Y desde esta perspectiva ha sido frustrante porque la cabeza sigue ideando, pero no puedes materializar nada. Siento que he perdido varias películas en este proceso. Aún así logré hacer dos cortos mientras viajaba, con imágenes que ya tenía grabadas: “La Imagen arde”, que proviene de un plano de Costa da Morte; y “Estratos de la imagen”, que reinterpreta una catarata que había grabado en Islandia en el 2012 con múltiples capas de color.

Todo esto para decirte que “Costa da Morte” supone una especie de cierre. En esta pausa de año y medio sin grabar, mis inquietudes han ido cambiando y he ido reflexionando sobre otros conceptos. El paisaje continuará dentro de mi trabajo pero ya no como centro de reflexión. También mi método de trabajo va a variar. Así que bueno, ante tu pregunta: siempre estamos en un work in progress permanente pero siento que aquí, debido a esta pausa, ha habido un punto de inflexión.

2 -Las barreras entre documental y ficción se rompen en Costa da Morte, al menos mi impresión es que no importa tanto si la película pertenece a uno u otro como las sensaciones que transmite.

Las categorizaciones son siempre una limitación. Parece que las personas necesitamos de estas palabras clave para orientarnos, pero realmente no creo que sean imprescindibles, desde luego yo no las contemplo a la hora de trabajar. “Costa da Morte” es simplemente una película, como todas, una experiencia audiovisual. Está más próxima a lo real que otras, la vida se desarrolla de su modo habitual en la imagen, no intervengo. En el sonido en cambio sí que hay una mayor intervención: reconstruímos en posproducción los sonidos de los pasos, los gestos o las respiraciones, y en los diálogos orientamos sobre los temas de conversación que queremos tratar. Pero bueno, creo que esta separación entre géneros es ya algo del pasado.

 



 

3 -Podría ser sencillo incluir Costa da Morte en esa tendencia actual que ha venido a denominarse “cien de contemplación contemporáneo”, ¿te sientes identificado con él?

Hay muchos cines contemplativos, no sé exactamente a que autores te refieres. Lisandro Alonso por ej. imagino que estaría también metido dentro de esta tendencia, y hace un cine que admiro muchísimo. Claro que me veo identificado con una línea de cine contemplativo, pero lo importante es la gran diversidad de miradas y estilos que hay dentro de este cine que apuesta por captar las atmósferas o el tiempo de la mirada y donde el relato se minimiza. Hay tantas líneas como autores que trabajan con libertad creativa. De nuevo, no creo que sea necesario meter en categorías, parece que limita una pluralidad de miradas, unificándolas.

4 -Hay una enorme carga teórica en tus imágenes, cuando ruedas o planificas los planos, ¿tienes en mente algún aspecto teórico o tiendes más a la improvisación o intuición a la hora de construir los encuadres?

Trabajo normalmente desde el concepto que quiero explorar: inmensidad, abstracción, instante... Y desde ahí la película adopta su forma, el lenguaje que utilizaré para tratar de transmitir estas sensaciones al espectador. Una vez tengo esto claro salgo a grabar. Normalmente trabajo yo sólo con la idea de poder mantener una relación íntima con el entorno que me rodea y poder estar perceptivo, concentrado, en los movimientos sutiles del paisaje. Trato de mantener la capacidad de asombro ante lo que me rodea, esto es lo más importante. Recuerdo mucho una cita de Heráclito: “Hay que esperar lo inesperado o no lo reconocerás cuando llegue” Trato de inspirarme en ella cuando miro el paisaje. No sé bien que estoy esperando que suceda, pero estoy preparado para que llegue. Estoy preparado si un claro de luz recorre la montaña. Estoy preparado si el viento agita la espuma de las olas. Bresson lo comentó de un modo similar: “Nada de lo inesperado que no espere secretamente”. En el rodaje hay que reaccionar ante la realidad desde la intuición, estar a la espera de ese instante revelador que te conecte con la imagen profundamente.

5- James Benning, Peter Hutton o Sharon Lockharth, o el trabajo fotográfico de Alex Hütte, son algunos nombres que pueden venir a la cabeza cuando se ve Costa da Morte. ¿Qué documentalista te interesan particularmente?

Me interesan muchísimos cineastas e intento aprender de cada uno, de las virtudes que tienen y que veo que me pueden servir a la hora de trabajar. Los que mencionas están entre ellos, por supuesto. Me encanta ver el trabajo de artistas que exploran nuevos lenguajes. Creo que cada creador tiene que tratar de ampliar las capacidades expresivas de su medio, debe buscar expandirlo, ir más allá del lenguaje conocido, lanzarse al vacío. No por el hecho de buscar una mirada propia, sino por algo más abierto. Dominique Noguez lo expresó perfectamente: “otra forma de mostrar traerá otra forma de pensar”. Podríamos añadir también, de sentir. Este objetivo no debería olvidársenos nunca, no hay otro.



 

6 -¿Cómo fue el trabajo con Carla Andrade?

Carla era mi novia, no fue nunca trabajo lo que hicimos, era más una experiencia vital. Viajábamos, ella hacía fotos, yo grababa vídeos, visitábamos este lugar, nos bañábamos en esa playa, ella me ayudaba con un vídeo, yo posaba para una foto. Así hicimos un montón de proyectos juntos, y aprendimos sobre la marcha. En “Costa da Morte” fue similar pero como teníamos algo de dinero, a diferencia de todos los otros proyectos (el presupuesto fueron 20.000 €), Carla me pudo ayudar involucrándose más. Pero la dinámica era la misma, sólo estábamos ella y yo durante los 3-4 meses que duró el rodaje. Viajamos mucho por la zona, recorrimos todos los rincones una y otra vez en busca de imágenes, disfrutando del viaje. Hacer una película con tu novia mientras viajas, no se me ocurre un plan mejor . Fuimos unos privilegiados. Eso sí, desde esta soledad en la que trabajamos jamás pensamos, ni soñamos, que la película lograría la difusión que ha tenido. Era una película muy íntima y humilde desde su planteamiento.

7 -Me gusta como trabajas el espacio y el tiempo, tanto presente como pasado.

Repito mucho una cita de Carlos Muguiro que considero que es la que mejor define el paisaje en su vinculación con la historia “El paisaje son estratos de tiempo condensados en una imagen”. Creo que esta es la clave a la hora de trabajar el paisaje en su dimensión cultural. En la película buscábamos superponer varias capas temporales sobre el tiempo presente de la imagen: que el pasado gravitara sobre el lugar, lleno de historias, mitos y leyendas. La película, más allá de su dimensión contemplativa, donde queremos transmitir cierto misterio y poesía, tiene la intención de reflexionar sobre el modo en que se da forma a la identidad cultural de un paisaje. Es aquí donde el imaginario colectivo adquiere protagonismo. En la película este imaginario se va construyendo a través de una voz coral, formada por los habitantes de la zona, que frase a frase van construyendo el espacio imaginario, mítico, de la Costa da Morte.

8 -¿Cuáles son tus siguientes proyectos?

Tengo varios proyectos abiertos. En diciembre tengo una exposición individual en la Galería Solar en Portugal para la que estoy desarrollando algunas videoinstalaciones nuevas. También estoy empezando a trabajar en un cortometraje producido por el festival Vila do Conde, que transcurrirá en la frontera entre Galicia y Portugal. Y estamos empezando a desarrollar ideas para otro cortometraje financiado desde Dinamarca por el festival CPH:DOX que codirigiré con el cineasta argentino Matías Piñeiro, al que admiro mucho y es buen amigo, por lo que estoy muy ilusionado. Estos proyectos deben estar finalizados para junio y octubre del 2015 respectivamente.

Y por otro lado estamos ya buscando la financiación para el nuevo largometraje, que se desarrollará en Galicia. Vuelvo a trabajar con Zeitun Films, con los que ya colaboré en “Costa da Morte” y ojalá pueda seguir trabajando con ellos en proyectos futuros porque entendemos el cine de la misma manera, son muy buenos productores y además grandes amigos. Avanzaremos con clama, de todos modos, con este proyecto porque voy a incorporar muchos elementos nuevos con respecto a mis trabajos previos.