Un cáncer de páncreas privó al mundo de las dotes actorales de Alan Rickman. Un 14 de enero de 2016, el carismático intérprete británico falleció y dejó un enorme vació tras las cámaras de la fábrica de sueños.
Probablemente su nombre no resulte extremadamente conocido como el de cualquier otro actor de la escena hollywoodiense actual, pero al hablar de Severus Snape la cosa cambia. Sin embargo, Alan Rickman no sólo interpretó al ambiguo profesor de Hogwarts en la saga de Harry Potter. Antes de su trágico fallecimiento, y durante toda su carrera, el artista británico dejó algunas actuaciones para el recuerdo.
De padre irlandés y madre galesa, el futuro Alan Rickman se moldeó en el seno de una familia de clase obrera, siendo el segundo de cuatro hermanos. Su pasión por la interpretación nació a la edad de ocho años, cuando actuaba en algunas obras de su colegio. Sin embargo, tras probar suerte con sus amigos en una empresa de diseño, Rickman ingresó en la Royal Academy of Dramatic Arts a los 26 años.
Una edad tardía para el complejo mundo de las artes, pero gracias a su interpretación de Ricardo III dio su primer paso de lo que sería una carrera impecable. De ahí, pasó a la televisión, donde obtuvo un papel como Teobaldo en la miniserie de Romeo y Julieta, para la BBC.
Gracias a su extensa y exitosa carrera teatral, en 1988 actuaría en su primera película en Hollywood. Una película de acción que prácticamente tomaría tintes de filme de ‘culto’ para un repetitivo género. John McTiernan quedó impresionado con su actuación como Valmont en Las amistades peligrosas, por lo que no dudó en darle un papel importante en su Die Hard (Jungla de Cristal) junto a Bruce Willis.
Su primer paso en el cine también fue el de su consolidación en la gran pantalla. La confección de su Hans Gruber en Jungla de Cristal le catapultó al Olimpo de Hollywood, ganándose un enorme predicamento entre directores y productores.
No obstante su fama a nivel mundial no llegaría hasta el año 2001, cuando se trasladó al cine el sueño de J.K. Rowling. Con Harry Potter y la piedra filosofal se ganó la admiración de toda una generación al interpretar al ambiguo y por entonces ‘malvado’ profesor de Hogwarts, Severus Snape.
Un papel que aumentó su popularidad gracias a una exquisita interpretación vocal y gestual. Un hombre oscuro que oculta más de un secreto, pero que deja entrever una tenue luz en su interior. Un personaje muy querido gracias al trabajo que Rickman realizó mientras Rowling le ocultaba el destino del mismo.
Mientras la saga mágica se desarrollaba, Alan Rickman formó parte de una de esas películas que no te cansas de ver. Una comedia romántica alejada de los clichés que envuelven al género y que resulta la mar de divertida en la que dio vida al adúltero de Harry.
Un currículum más que brillante para un actor que no pudo concluir su obra. Es el momento de rendirle un homenaje, cuatro años después de su fallecimiento, y recordar las cinco mejores películas que cuentan con su inestimable presencia.