¿Cómo nace el proyecto?
A Federico le divirtió que en 2005 me propusiera apostatar como reacción a las manifestaciones de familias que la Iglesia promovía para demonizar el matrimonio homosexual. Le sorprendió que algo así pudiera hacerse, que existiera el protocolo eclesiástico -desde hace algún tiempo lo estoy llamando medio en serio el octavo Sacramento- y en algún momento debió pensar que era una divertida peripecia para una película. Algunos años después me propuso que le contara la experiencia e iniciamos un intercambio de cartas que fueron los cimientos del argumento central. Durante ese primer periodo Federico trabajó con Nicolás Saad dando forma a un tratamiento, un esquema de la narración, a partir de las cartas. Más adelante el guión creció con las ideas de Gonzalo Delgado, con la inspiración de Benito Pérez Galdós (Su libro El audaz: historia de un radical de antaño fue muy importante) y con el trabajo cotidiano de edición de la historia. A lo largo de un año y medio fuimos realizando sutiles y constantes cambios en diálogos e intenciones de los personajes para ir definiendo así cada vez mejor las relaciones y motivaciones de los personajes. Más adelante, en la fase de preparación del rodaje, Arauco Hernández, el fotógrafo, aportó muy buenas ideas y el último escritor fue Fernando Franco en la mesa de montaje.
Además de protagonizarla has co-escrito el guión, por lo que he tenido la sensación de que El apóstata posee tintes autobiográficos. Incluso el niño del cartel eres tú...
No se trata de una autobiografía exactamente porque el único hecho real que cuenta la película es mi aventura apostática con todos los impedimentos y frustraciones que viví a lo largo del año que duró el intento. Por otro lado debo reconocer que al personaje lo recorren muchas de mis notas: neuras, inclinaciones, temores y motivaciones que hemos acentuado y universalizado para llevar a Tamayo al terreno de la comedia. Así que no diría que es una autobiografía ni un autorretrato, se trata tal vez de algo así como una caricaturización que se desenvuelve en un universo particular.
Gonzalo Tamayo, el protagonista, es un joven que supera los treinta. Sufre una crisis existencial y al mismo tiempo parece no querer dejar su vida de Peter Pan...
Sí, es algo así, aunque siempre que leo una referencia al complejo de Peter Pan necesito hacer una puntualización al respecto. Yo creo que en este caso Tamayo es alguien que se resiste a aceptar que el mundo no pueda articularse en torno a los conceptos de bien y justicia. Yo creo que ese es el tono interior de Gonzalo exactamente y va más allá de una resistencia a ingresar en la vida adulta. Su ingenuidad consciente es la de alguien que no acepta que el hombre no pueda ser bondadoso por naturaleza. Tamayo no se va a hacer adulto por la vía de aceptar el desengaño que supone tomar conciencia de la crueldad esencial de la vida y asumir esta conclusión como una fatalidad sin remedio. Tamayo está apostatando de la resignación. No en vano la película cierra con la canción Estrella de Enrique Morente que expresa un anhelo semejante. A nadie se le ocurriría decir que esa maravilla de grito al futuro de Morente sea el de un Peter Pan, ¿No?
Además, en la película tocáis un tema como el de la apostasía pocas veces tratado en el cine...
Si, ha sido muy poco nombrada la apostasía en el cine a pesar de que hay muchísimas películas habitadas por personajes que son apóstatas de algo, de sí mismos o, mucho más frecuentemente, de ambas cosas a la vez. Viene a mi memoria el maravilloso Chris Parker de Permanent Vacation, como ejemplo. En general, cualquier manifestación artística nace de cierta inconformidad crítica, del afán de materializar la intuición de que algo otro puede ocupar el lugar de lo de siempre para renovar, actualizar, sacar a la luz; para que así la vida discurra. Me parece que la actividad de dirigirse hacia un nuevo espacio incierto con la mirada fija sobre lo instaurado, sobre la raíz del sentido común -En esto y no en otra cosa consiste apostatar- es la más humana de todas. Es la actividad que realizan los artistas, los poetas y los filósofos.
Una curiosidad, ¿son corrientes hoy en día los casos de apostasía?
Sí que lo son, muchísimo. En los últimos años ha habido apostasías masivas en países donde la regulación ampara la libertad de credo, lamentablemente España no es uno de ellos. En Alemania hubo apostasías numerosísimas tras los escándalos de pederastia en el seno de la Iglesia y de la connivencia del Vaticano. En España, cuando la Agencia de Protección de Datos comenzó a ocuparse de los procesos y hasta el dictamen del Tribunal Constitucional que dio al traste con los procedimientos que exploraban esa vía, las solicitudes estaban creciendo exponencialmente hasta superar las mil por trimestre.
Me parece una película valiente y con un excelente el tratamiento de la historia, con esa visión caleidoscópica del protagonista en la que se mezclan los sueños con la realidad, los anhelos con la frustración...
Gracias, fue muy gratificante la construcción de las diferentes capas que animaban o recorrían transversalmente la historia. De hecho, en esta fase en la que tenemos que explicar la película, estamos descubriendo nosotros también muchas de las líneas subterráneas que no estaban meditadas pero que disparan el tejido de relaciones de los personajes entre sí, consigo, con el contexto histórico y social que habitan, etc. Nos damos cuenta de que hemos contado una historia muy española que transita muchos de nuestros matices y que invita a reflexionar sobre nuestra circunstancia con una sonrisa. Al final, como decíamos antes, apostatar es caminar hacia una nueva parte sin dejar de contemplar el lugar en el que se originan nuestros prejuicios.
La película acaba de ser premiada en el Festival de San Sebastián con la Mención Especial de Jurado y el Premio FIREPRESCI, además de estar recorriendo muchos festivales...
Sí, estamos felices con el impulso que ha supuesto para la película haber pasado por el Festival de San Sebastián. Nos ha permitido dar a conocer la película y a despertar curiosidad antes del estreno. También los festivales que nos están invitando son una oportunidad para mostrar la película en otros países y aprender mucho de la experiencia. Imagina la cantidad de maneras de mirar lo mismo que puede haber! Contesto tu entrevista aprovechando el vuelo de regreso del Festival de cine de Corea donde el contraste no puede haber sido mayor.
Y la consabida pregunta ¿tienes ya próximo proyecto?
Si, colaboro en la escritura junto a Isabel Campos, Gonzalo Delgado y el propio Federico en el guión de su próximo proyecto. Solo puedo adelantar que no va a dejar indiferente a nadie. Por ahora estoy en la fase de investigación mientras Isabel y Federico desarrollan el tratamiento. Hace un año rodé una escenita improvisada para el documental "El Último Verano" dirigido por una buena amiga, Leire Apellániz, el documental está listo y se podrá ver en los próximos meses.