Más allá de la atractiva y larga costa que tiene España, hay otros espectaculares lugares donde darse un baño y disfrutar de unas fantásticas vistas. No es necesario irse demasiado lejos para disfrutar de aguas limpias y enclavadas en paisajes naturales preciosos. Las piscinas naturales son uno de estos lugares, que conforman un recurso único de muchas zonas rurales. A continuación, se detallan algunas de las piscinas naturales más sorprendentes de España, donde se puede disfrutar de un baño en lugares auténticamente naturales:

1. Garganta de los Infiernos, en Cáceres

El Valle del Jerte no solamente destaca por los paisajes que ofrece en la época de floración de los cerezos, ya que esconde rincones como esta Reserva Natural Garganta de los Infiernos que se caracteriza por sus saltos de agua, cascadas y piscinas naturales que han surgido por la acción erosiva del agua en el granito. Se pueden realizar diferentes rutas senderistas por la zona de la Garganta de los Infiernos y rematarlas con un chapuzón en una de las piscinas que alberga.

2. Piscinas naturales de A Chavasqueira, en Ourense

A orillas del río Miño y a lo largo de unos cuatro kilómetros se puede encontrar un curioso y precioso circuito termal al aire libre. Las Pozas de A Chavasqueira, Muiño das Veigas, Outariz y Burgas de Canedo están repletas de aguas que brotan del interior de la tierra a más de 60 grados y llegan a las piscinas a 43. Además, se han resaltado sus beneficios para la salud como tratamiento contra la artrosis, el acné o la dermatitis, entre otras dolencias.

3. El Caletón en Garachico, en Tenerife

Estas piscinas naturales tinerfeñas surgieron después de la erupción del volcán de Trevejo en 1706 y la posterior solidificación de la lava por el contacto con el mar. Es por ello que estas piscinas tienen unas formas un tanto peculiares y están llenas de aguas claras y saladas del mar. Se encuentran al norte de la isla de Tenerife y se puede disfrutar de un baño cuando el oleaje no es demasiado fuerte.

4. La Font Calda, en Tarragona

Esta fuente medicinal de agua que brota a 28 grados de temperatura se puede encontrar en la localidad tarraconense de Gandesa, entre la Sierra de Pàndols y la Sierra de Cavalls. En el siglo XIX fue uno de los centros termales de peregrinaje y en la actualidad se ha habilitado un tramo para el baño y una zona recreativa con mesas en este paisaje rodeado de encinas, pinos y acantilados de piedra.

Además, es muy conveniente visitar el Santuario de La Fontcalda y recorrer la Vía Verde de la Terra Alta desde el pueblo de Bot.

5. Los Charcones, en Lanzarote

También en Canarias, pero en esta ocasión en Lanzarote se encuentra este auténtico paraíso natural. Aunque para llegar a él hay que enfrentarse a una pequeña aventura, el destino no dejará de sorprender a quien lo visite: un conjunto de piscinas naturales de todas las formas y con diferentes tonalidades con el mar de fondo.

6. Gulpiyuri, en Asturias

Se trata de una de las piscinas naturales más espectaculares del norte peninsular. Su peculiaridad radica en que se trata de una playa pero sin mar, sin poder ver el horizonte. Se podrá disfrutar de un baño en función de las mareas, ya que el agua entra desde el mar a través de un conjunto de cuevas subterráneas.

7. Fuentes del Algar, en Alicante

Este lugar privilegiado, único y popular se encuentra a unos 15 kilómetros de Benidorm. Hay un recorrido turístico de un kilómetro y medio de largo en el que se irá pasando por hermosas cascadas y piscinas de aguas cristalinas. Uno de sus problemas es que en ocasiones está demasiado masificado.

8. El Charco Azul, en El Hierro

En la isla canaria de El Hierro se encuentra otra joya de la naturaleza. Es uno de los lugares más espectaculares de las Islas Canarias que surgió gracias a la forma que la lava dejó al llegar a la costa y después de la incansable erosión por el movimiento de las aguas del océano. Se encuentra en El Golfo, una localidad situada en un valle escarpado que merece ser visitado.

9. Esclusas de las Salinas, en Almería

Se trata de un lugar increíble, en el que reina la paz dentro de un ambiente volcánico y desconocido por mucha gente. No son estrictamente piscinas naturales, aunque sí son consideradas como tal. 

Es un sitio solitario, con unas vistas espectaculares sobre el pueblo de La Fabriquilla y la playa de las Salinas del Cabo de Gata. En el horizonte podás apreciar el golfo de Almería y el mar de Alborán.