La Costa da Morte (o Costa de la Muerte en español) esconde una pequeña aldea rodeada de una belleza inigualable. Es Ézaro, un pueblo gallego famoso por su impresionante entorno natural, dominado por la emblemática Cascada de Ézaro que marca la desembocadura del río Xallas, única en Europa por su espectacular caída de agua junto al océano.

Más allá de la cascada, este recóndito lugar de A Coruña, perteneciente al municipio de Dumbría y a la comarca de Finisterre, es un verdadero mosaico de paisajes. Desde las escarpadas laderas del Monte Pindo, conocido como el "Olimpo Celta", hasta las serenas aguas de su playa, galardonada con la Bandera Azul, Ézaro no deja indiferente a nadie que se atreva a visitarlo.

El entorno natural de Ézaro, profundamente vinculado a su historia

De todo el entorno natural que rodea esta pequeña aldea es la Cascada de Ézaro el lugar más conocido. Este impresionante salto de agua se sitúa al final del río Xallas, siendo este el único de Europa que desemboca en una cascada junto al vasto océano Atlántico.

El río Xallas desemboca en la impresionante Cascada de Ézaro junto al océano Atlántico.

Con más de 30 metros de altura, la cascada es especialmente impactante tras las lluvias, cuando el caudal es mayor, aunque durante los meses de verano también ofrece un espectáculo visual mágico, pues sus aguas se iluminan por las noches. Si te animas, puedes alquilar kayaks o realizar excursiones en catamarán, que te acercarán aún más a este precioso fenómeno de la naturaleza.

Existe una parada interesante ubicada un poco antes de llegar a la cascada: el Centro de Interpretación de la Electricidad, situado en la antigua central hidroeléctrica de O Pindo. Su exposición proporciona un contexto histórico importante sobre cómo se ha utilizado el río Xallas a lo largo de los años.

Muy cerca de allí se encuentra el Mirador de Ézaro, accesible tras una subida de 3 kilómetros que puede realizarse en coche. Desde este punto, las vistas panorámicas que pueden observarse del pueblo, la desembocadura del río y el Monte Pindo son espectaculares. Además, el mirador es famoso por haber sido una de las etapas más difíciles de la Vuelta a España.

Por su parte, el Monte Pindo, conocido como el "Olimpo Celta", es otra de las joyas naturales de Ézaro. Este macizo granítico, que se eleva a 640 metros sobre el nivel del mar, está envuelto en leyendas y mitos celtas. Desde tiempos antiguos, se considera un lugar sagrado. Se dice que en sus laderas se realizaban sacrificios humanos y rituales de fertilidad, y que las piedras del monte poseen un magnetismo especial y misterioso.

Las rutas de senderismo en el Monte Pindo permiten a los visitantes explorar su impresionante geología y disfrutar de las vistas incomparables de la Costa da Morte. No hay que olvidar tampoco que este paraje fue un refugio durante la Guerra Civil Española para los simpatizantes del bando republicano.

Asimismo, destaca la playa de Ézaro, galardonada con la Bandera Azul por la calidad de sus aguas y su compromiso con la conservación medioambiental. Esta playa de 1,2 kilómetros de longitud es ideal para relajarse y disfrutar del mar. Finalmente, el paseo marítimo que bordea el pueblo es perfecto para pasear al atardecer.

La preciosa playa de Ézaro tiene una longitud de 12 kilómetros y ha sido galardonada con la Bandera Azul.

Otros lugares mágicos

En los alrededores de Ézaro están escondidas las Pías o Caldeiras, cavidades naturales formadas por la erosión del agua a lo largo de los siglos. Estas formaciones, también conocidas como marmitas de gigante, son de gran interés geológico y están repletas de leyendas. Por ejemplo, se cree desde hace generaciones que algunas de las caldeiras tienen propiedades curativas, lo que atrae a visitantes en busca de la sanación y el bienestar.

Si te interesa la historia y la mitología, no puedes perderte el pozo del Cadoiro, que se encuentra bajo la cascada. Se cuenta que en su fondo se oculta un gran tesoro, protegido por tres brujas cuyas siluetas pueden verse en las rocas circundantes. Según otra versión, existe una puerta mágica oculta tras las aguas de la cascada, custodiada por estas brujas. Quien tenga el valor de atravesarla será conducido por las guardianas al fondo del río, donde encontrará a una princesa encantada y una enorme fortuna.

Platos típicos y una copita de Albariño

La tradición pesquera ha influenciado notablemente en la rica y variada gastronomía de Ézaro. En esta aldea los visitantes pueden disfrutar de una amplia gama de platos basados en pescados y mariscos frescos, que son la estrella de la cocina local.

Además de los mariscos, la cocina en Ézaro ofrece otros platos tradicionales gallegos. En la región, es común encontrar pulpo a la gallega, empanadas rellenas de pescado o mariscos, y la famosa tarta de Santiago como postre. Si quieres explorar los productos locales más allá de los restaurantes, el mercado de la aldea es una excelente opción para adquirirlos. También es recomendable probar el vino Albariño, típico de Galicia, que complementa perfectamente los sabores del mar.

No obstante, su gastronomía no se limita solo a los pescados y mariscos. Los productos de la tierra, como las verduras y los embutidos, también juegan un papel importante. Platos como el caldo gallego, hecho con grelos, patatas y chorizo, y la ternera gallega, famosa por su ternura y sabor, son otras opciones deliciosas tanto para los locales como para los viajeros que se animan a descubrir Ézaro.