La noche del 14 al 15 de abril de 1902 quedará siempre marcada en la historia de la navegación. Y es que en esa madrugada fue en la que se hundió, tras rozar un Iceberg, el Titanic. Mucho se ha escrito sobre las razones que hicieron que ocurriera la tragedia, desde que había sido una negligencia del capitán por ir a demasiada velocidad a que el buque estaba mal construido, pero hay una razón que se repite más que otras, y es que el barco no contaba con los suficientes botes salvavidas.

Jesús Ferreiro explica que el número de botes salvavidas que llevaba el Titanic era el legal

De hecho, una de las razones que algunas fuentes han atribuido a que hubiera muchos bote salvavidas era una cuestión estética, que iban a quitar mucho espacio a los pasajeros. Sin embargo, el experto en el Titanic Jesús Ferreiro ha señalado que el número de botes salvavidas que llevaba el transaltántico no solo era el legal en aquella época sino que además llevaba dos de mas.

"Tenía dos botes más que los que marcaba la ley, porque hasta el naufragio del Titanic la ley marcaba los botes salvavidas referente al tonelaje del barco. Nadie pensaba que se iba a hacer un barco tan grande”, ha explicado este experto que, además, es presidente de la Fundación Titanic, la única entidad sin ánimo de lucro que busca mantener viva la memoria histórica de este naufragio.

Así, el Titanic contaba con botes salvavidas para casi la mitad de los pasajeros, que eran 2.208 personas. Sin embargo, solo fueron rescatadas 712 personas, lo que supone tan solo un 32% del total. Esto se explica porque los botes salvavidas, por lo menos cuando empezaron a desalojar el barco, no iban lo suficientemente llenos porque, según explica Ferreiro, no estaban al tanto de lo que había ocurrido y pensaban que se trataba de un simulacro. 

"Por eso los primeros botes iban menos de la mitad. Si hubiesen ido los botes llenos todos, se hubiese sacado el doble de gente”, aseguró. Por tanto, a la poca capacidad de salvamento que tenía el barco, se suma que no se aprovechó lo suficiente, lo que da a entender que la tragedia era mucho más mayor de lo que pudo haber sido.

Esta cantidad de botes salvavidas que se establecía venía determinada por el tonelaje del barco. Pero es que, además, se consideraba que no hacían fakta tantos botes salvavidas porque en caso de hundimiento tardaría un tiempo suficiente en hundirse para que otra embarcación llegara a tiempo. Sin embargo, la historia ha dejado claro que eso no sucedió; de hecho, el barco que acudió al rescate llegó al lugar de los hechos horas después de que el Titanic hubiera acabado totalmente en el fondo del mar.

Jesús Ferreiro, de la Fundación Titanic, defiende la actuación del capitán Smith

Como hemos indicado previamente, el capitán Smith fue una de las personas a las que se le culpó del hundimiento del célebre trasatlántico. Sin embargo, Ferreiro defiende su trabajo, asegurando que, en primer lugar, decidió hacer la trayectoria por el sur, y no por el norte como sería más conveniente, ya que la travesía era más corta, para evitar cruzarse con icebergs. Pero es que, además, cuando el iceberg fue avistado, dio a su tripulación las indicaciones correctas. "Hizo una buena maniobra, él dio marcha atrás y no lo libró por los pelos”, afirmó, desmintiendo así el hecho de que actuó con torpeza.

Esta tesis la comparte Antonio Baquero, profesor de la Universidad Politécnica y autor del libro Titanic: Maniobrabilidad y Colisión, que sostiene que el problema fue que simplemente el iceberg no se vio a tiempo porque a los vigías les faltaban los prismáticos. "El fallo no estuvo en la ingeniería o en las decisiones de capitán y oficial. El barco podría haber esquivado el iceberg sin problema si se hubiera visto antes. Es cierto que la noche era oscura, pero había vigías suficientes para avistar una mole como esa a un kilómetro o más. Les hacían falta unos prismáticos. Prismáticos que no estaban en su sitio", explica el investigador en unas declaraciones recogidas por El Mundo.