Si hay una discusión o “conversación” típica de cuñados es sobre coches. Si además se te ocurre plantear que no sabes si comprar o usar otro sistema o si comprar coche eléctrico, híbrido, enchufable u otro sistema; siéntate, es tu perdición, vais a tener una muy larga conversación.

Es por ello que quisiera facilitarte unos argumentos y datos que te ayudarán a tomar la decisión y, lo más importante, discutir con criterio con tu cuñado.

Lo realmente ecológico, y lo sabes, es usar el transporte público, andar y utilizar la bici. Pero quizá tu situación o tus circunstancias hace que consideres que necesitas un coche. Puede ser que tu desplazamiento al trabajo sea complicado o imposible en transporte público, que necesites ocasionalmente un coche para viajes largos… En la vida se puede, como dice un buen amigo, andar y comer chicle a la vez; esto quiere decir que a veces podemos y debemos ir en transporte público, andar, utilizar la bici y también moverte con un coche. Depende de las necesidades.

Pero has tomado la decisión de comprar un coche. Vamos a ver que necesitas y lo vamos a valorar en función del número de kilómetros que crees que vas a usarlo. Para ello voy a usar una información que la gente de la Fundación Vida Saludable nos ofrece y puede ser de utilidad.

Si haces menos de 2.000 km al año, es evidente que no necesitas comprarte un coche. Si lo hicieses te saldría más caro que contratar una limousine con bar cada vez que quieras moverte. No seré yo quien te recomiende eso, desde luego.

Si tu movilidad fuese entre 3.000 y 5.000 km al año, te seguiría recomendando que no compres coche. Podrías moverte en taxi y te saldría aún así más barato.

Otra opción completa hasta los 5.000 km al año sería usar los coches de car sharing en las ciudades que existe este servicio (Car2go, Zity, Emov,etc.)

Un poco más caro sería usar servicios de coche compartido (Bluemove, Respiro, BlaBlaCar, Avancar,etc.) pero nos seguiría resultando más barato que la compra de un vehículo y nos serviría hasta los 10.000 – 15.000 km.

Por encima de los 20.000 km al año recorridos, probablemente un coche en propiedad pueda ser más rentable.

Hablamos de rentabilidad, es decir de tu bolsillo. Pero debes considerar además el “bolsillo común”, es decir, lo mejor para todos, incluida tu conciencia.

Llegados a este momento, has decidido comprar un coche porque haces más de 20.000 km al año, ahora veremos que tipo de coche.

Si haces entre esos 20.000 y unos 40.000 km por año y tus recorridos diarios no son superiores a los 100 km, te merece la pena comprar un coche eléctrico de las gamas más bajas porque tendrás suficiente. Podrás recargarlo cada noche o cuando llegues al trabajo, por ejemplo, y ahí el ahorro será muy alto. Si tienes autoconsumo y puedes cargar con placas solares, ya ni te cuento.

Si haces desplazamientos de hasta 50 o 75 km diarios entre semana pero los fines de semana lo usarás más, deberías pensar en un vehículo híbrido. Usar la electricidad para los recorridos cortos y el motor convencional, pero de bajo consumo, para los largos. La otra opción, pero sería más cara es un coche eléctrico de mayor autonomía. La que te ofrece opciones complementarias sería un híbrido enchufable, pero cuantos más nombres lleve el coche, suele ser más caro. Tú decides.

Y si tienes que hacer kilómetros en fin de semana y entre semana, ya te gustaría ser más ecológico pero tu economía hoy por hoy no te lo permite como quisieras; tienes una opción razonable: puedes comprar un coche con GLP o gas. Son vehículos que utilizan primero ese combustible, menos contaminante y mucho más barato y cuando se acaba (hablamos de 400 km o más) tira del depósito de combustible diesel o gasolina. No es el colmo de la ecología, sigues usando combustibles fósiles pero en su versión menos contaminante, puede ser un primer paso y desde luego es más asequible.  Puedes incluso poner un depósito de este tipo en tu coche tradicional que ya tengas, ocupa el espacio de la rueda de repuesto y tiene un coste de unos 2.000 euros.

Termino como empecé: usa el transporte público, anda, utiliza la bici, piensa antes de hacer cualquier recorrido, pero eso sí, que no te gane una discusión tu cuñado. Faltaría más.