En los últimos años, el interés por cultivar plantas dentro del hogar ha crecido de manera notable. Lo que comenzó como una elección estética o decorativa se ha consolidado como una práctica cotidiana que, según diversos estudios, podría estar relacionada con el bienestar emocional y psicológico de quienes la adoptan.

Una expresión emocional inconsciente

Investigaciones citadas por el psicólogo Sam Moreton, basadas en estudios del Departamento de Psicología de dos universidades de Moscú, apuntan a que mantener plantas en casa podría ser más que una simple afición. Según los expertos, cuidar de la vegetación puede representar una expresión emocional inconsciente: una forma de proyectar sentimientos no verbalizados a través del acto de nutrir y mantener seres vivos.

En este sentido, llenar espacios físicos con plantas también puede interpretarse como una manera de abordar vacíos emocionales. “El gesto de llevar vida al hogar habla de una necesidad humana de conexión y de crear entornos acogedores”, concluyen los investigadores.

Estar cerca de plantas puede reducir el estrés

Además del componente emocional, hay beneficios psicológicos y fisiológicos vinculados al contacto con la naturaleza, incluso dentro de entornos urbanos o cerrados. Marjolein Elings, investigadora de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), señala que la cercanía con las plantas ayuda a reducir los niveles de cortisol —la hormona del estrés— y fomenta una sensación general de bienestar. Esta influencia se manifiesta tanto en el hogar como en entornos laborales y educativos.

Desde México, la psicóloga Evangelina Arellano, del campus del Tecnológico de Monterrey en Sinaloa, coincide con este enfoque. Según explica, la presencia de vegetación en espacios de trabajo o estudio puede contribuir a mejorar la concentración, disminuir la tensión y generar un ambiente más equilibrado.

Una forma simple para el autocuidado

En conjunto, estas observaciones sugieren que cultivar plantas no solo aporta valor estético al hogar, sino que también puede ser una forma accesible y cotidiana de autocuidado. En un mundo cada vez más acelerado, pequeños gestos como regar una planta o cuidar su crecimiento ofrecen una vía sencilla para reconectar con uno mismo y con el entorno.

Así, la popularidad de las plantas en interiores parece estar respaldada por algo más que una tendencia visual: se trata también de una respuesta humana al deseo de bienestar, equilibrio y conexión emocional.

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