Asistimos estos días al interesado despiece por propios y extraños -todos ahora muy de izquierdas- del acuerdo de legislatura alcanzado con Ciudadanos. Pero tras su lectura íntegra difícilmente vamos a tener la sensación de que este acuerdo se puede atacar desde la izquierda. Porque es un texto que contempla, entre otras muchas medidas de progreso, la universalización de la educación de cero a tres años, un ingreso mínimo vital para los hogares sin recursos, el complemento salarial garantizado, la extensión y recuperación de derechos ciudadanos y sociales y el desmontaje de todo el entramado legislativo puesto en pie por el PP para hacernos la vida menos feliz y libre. A quien de verdad le espanta este acuerdo es al PP, a Mariano Rajoy, porque les aísla todavía un poco más en el fango de la corrupción y echa por tierra su nefasta obra de cuatro años.

Hemos logrado encajar la pieza que parecía más difícil. Pocos podíamos imaginar al comenzar las negociaciones con Ciudadanos que iban a hacer el esfuerzo de asumir el núcleo básico de nuestras propuestas. ¿Es mejorable? Claro, pero se parece mucho a nuestro programa, es bastante mejor de lo que muchos esperaban de esa negociación y, por supuesto, infinitamente mejor que cuatro años más de Mariano Rajoy. Todavía esperamos enriquecerlo con las aportaciones de otros partidos, entre ellos de los que hace nada decían que “el debate político izquierda-derecha es de trileros” y hoy reparten sin rubor credenciales de izquierda mientras se levantan de la mesa de negociación envueltos en su bandera, en vez de sentarse con nosotros para dialogar y mejorarlo construyendo.

En algunos momentos, los militantes socialistas hemos asumido, por responsabilidad, medidas dolorosas, difíciles de digerir desde nuestra visión y valores. La buena noticia es que, con este acuerdo, no nos encontramos ante uno de esos momentos. Al contrario, el acuerdo alcanzado con Ciudadanos es además de un avance en la realización de nuestras políticas un sólido punto de partida. Porque a todas las medidas de progreso que contiene se le añade que estamos liderando el proceso de cambio, en unas condiciones muy difíciles, avanzando, reinventándonos sin dejar de ser nosotros mismos, cohesionando esta sociedad, oyendo la voz de la ciudadanía, recuperando la iniciativa política. La continuidad de todo eso es lo que votamos el sábado. Y, como siempre, este tipo de cosas solo las decidimos entre todos en el PSOE.

Yo digo sí.