Dice la sabiduría de los bares que la mejor terapia para la curas emocionales es el cambio de perspectiva. Cambiar de perspectiva significa ver las cosas desde el lado positivo, el vaso medio lleno de toda la vida. Esta máxima mundana es utilizada por la mayoría de los partidos el día después de unas elecciones. Gracias a la relatividad de los datos estadísticos, los líderes políticos los cocinan para que sean aplaudidos por la mayoría de sus comensales. Así las cosas, María Dolores de Cospedal dijo que el PP había ganado en Europa, cierto, pero cayó como una monja que su partido había perdido ocho escaños con respecto a las últimas europeas. Rubalcaba habló del fracaso del bipartidismo para diluir su derrota en las aguas de la derecha. Ayer Alberto Garzón escribió en su cuenta de twitter: "por supuesto, los cargos, militantes y votantes de @ahorapodemos son compañeros de proyecto político. No cabe pensar algo distinto". "Compañeros de proyecto", cierto, pero con mu-chí-si-mos matices. Rosa Diez también habló de victoria electoral. Ganó la etapa – en la jerga del ciclismo -, pero descendió – queridos amigos – en la clasificación general. Izquierda Unida, por su parte, también alardeó de triunfo electoral, pero escondió entre sus camales los mordiscos de Podemos.
Sigue leyendo en el blog de Abel Ros
Sigue leyendo en el blog de Abel Ros