En las últimas horas, hemos conocido que el Poder Judicial ha decidido conmemorar el 20 de noviembre, conmemorar la muerte de Franco con un ataque a la democracia, con una condena al fiscal general del Estado. El golpismo judicial vuelve a actuar, vuelve a atacar una vez más, pero esta vez a Álvaro García Ortiz. Esto sienta un precedente muy triste y duro: si el fiscal general del Estado cae sin pruebas, podemos caer cualquier ciudadano.
Esto es muy peligroso porque lo que se ha demostrado es que el clan Ayuso no se toca. Es intocable. Ya lo vivimos con Pablo Casado, ex presiente del Partido Popular (PP), cuando se atrevió a denunciar las comisiones, las mordidas del hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, con esos casi 300.000 euros. Vimos cómo cayó un líder, el líder del PP, y lo estamos viendo con el caso del novio, con el presunto fraude fiscal, donde se ha enriquecido con más de dos millones de euros, con un presunto fraude en comisiones de 350.000.
Ahora, cae el fiscal general del Estado. En este país que parece haberse convertido en un mundo al revés en el que los fraudes pueden campar a sus anchas y los defraudadores cambian de Maserati a Ferrari; pero un fiscal general del Estado, por defender la honestidad y el rigor, incluso la sinceridad y la figura de la Fiscalía y de todos los fiscales, ha caído y ha sido condenado.
El golpismo judicial ataca de nuevo. Cuando vemos a jueces que prefieren hacer política que justicia, conocemos sentencias como la que vamos a poder leer en las próximas horas, en los próximos días. Estamos ante un Poder Judicial cada vez más envalentonado, que esta vez sin pruebas, con cinco magistrados conservadores frente a dos, ha decidido que García Ortiz debe caer, que García Ortiz es culpable de algo que por ahora no han podido demostrar.
Va a ser culpable una persona sin que siquiera se hayan molestado en investigar a las otras 400 que tenían acceso al mail, a pesar del testimonio de seis periodistas o de algunos fiscales. Los jueces han decidido creer a algunas de las partes y han decidido atacar así a la democracia y conmemorar así al franquismo. Parece que Franco ha muerto, pero el franquismo no.
Es muy triste esta noticia que hemos conocido en las últimas horas porque lo que revela en sí es que el Poder Judicial actúa por la puerta de atrás, como decían algunos sobre Marchena. Lo único que sabemos hoy es que el fiscal general del Estado, además de ser inhabilitado durante dos años, le va a pagar el piso al pelucas.
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