Feijóo y los suyos del PP lo tienen muy claro: solo quien tenga dinero para pagárselo tendrá una sanidad digna, una educación digna o accederá a la universidad. Los que no puedan hacerlo no lo tendrán. Ayuso y Moreno Bonilla están a la cola de España en inversión en sanidad, en educación y en universidades públicas. Su objetivo es favorecer el negocio de lo privado.

Frente a ello, los socialistas defendemos una universidad pública, de calidad, que genere talento y contribuya a la creación de puestos de trabajo. Una universidad accesible a toda la ciudadanía, gracias a un buen sistema de becas, entendido como un bien social y no como un negocio para unos pocos. Pedro Sánchez lo tiene muy claro. Por eso, defiende el sistema universitario público español de los ataques de la derecha y de sus “chiringuitos” de universidad privada. Por eso en el PP están que rabian.

Hay quien piensa que las universidades privadas son un tema menor. Todo lo contrario. Para empezar, no es justo que, para estudiar Enfermería o Medicina en la universidad pública se tenga que sacar casi un 14 en Selectividad, mientras que, si se tiene dinero, con un simple 5 se pueda acceder a una universidad privada.

No es justo que, en una universidad pública, un estudiante deba esforzarse por aprobar y sacar una carrera, mientras que el estudiante de la privada obtenga el título universitario con mucha más facilidad, solo por tener unos padres con “pasta”.

No es justo que el estudiante de una universidad privada pueda acceder al mercado laboral antes que el de una pública, sencillamente porque le han dado unas mejores calificaciones. Esto no va de talento: aquí solo importan los recursos económicos de los padres. ¡Ya está bien de las mentiras de Feijóo, Ayuso y Moreno Bonilla!

El presidente del Gobierno se ha plantado. No va a permitir que Ayuso y Moreno Bonilla hagan con la universidad lo mismo que con la sanidad: asfixiarla económicamente, debilitarla y cuestionarla, con el único fin de favorecer su privatización.

Ayuso está ahogando y desmontando la universidad pública, cargándose la igualdad de oportunidades, mientras trabaja para la privada. ¿Este es su concepto de “libertad”, del que tanto habla el PP madrileño? ¿Dónde está esa cultura del mérito y el esfuerzo de la que tanto presume la derecha? Todo es mentira.

La Comunidad de Madrid es la última en España en inversión en universidad pública. Es donde los alumnos tienen que pagar las matrículas más altas de todo nuestro país. Es la última en inversión por alumno. Es la última en inversión en ciencia. Pero es la primera en número de universidades privadas. Ayuso está dinamitando el ascensor social y facilitando el negocio de la privada. Su modelo lo están copiando los presidentes de comunidades del PP. Y su alumno más aventajado es Moreno Bonilla.

Moreno Bonilla adeuda mucho dinero a las universidades públicas. Desde 2019, los recortes han sido una constante. Cientos de millones de financiación básica han sido detraídos por la Junta de Andalucía y han tenido que ser asumidos por las propias universidades, recurriendo a sus remanentes. Estamos hablando de unos 200 millones de euros.

En el Madrid de Ayuso hay seis universidades públicas y trece privadas. Moreno Bonilla, en Andalucía, ha multiplicado por cinco el número de universidades privadas en solo seis años. ¿Se entiende ahora mejor este tema?

Y ahora llega Feijóo y trata de tomarle el pelo a los españoles, diciendo que el Gobierno ataca a la universidad porque tiene miedo a la libertad de opinión. ¡No mienta! Es justo al revés. La libertad de expresión es la historia de la universidad pública. Por eso la derecha quiere destruirla, creando “chiringuitos” de universidades privadas.

Por cierto, Sr. Feijóo, cuando habla de libertad, ¿se refiere a los hasta 25.000 euros por curso que cuesta una universidad privada ¿Cuántas familias pueden pagar esto en Madrid o en Andalucía? Solo las rentas más altas o algunas familias, que se endeudarán de por vida, para que sus hijos e hijas puedan estudiar la carrera que desean. Pero la mayoría no podrá hacerlo. Y aquí está el verdadero objetivo del PP: que solo estudie en la universidad quien pueda pagárselo.

Feijóo falta mucho a la verdad. Asegura que las universidades privadas están en los primeros puestos de los rankings de calidad. Falso. Ninguna de las principales clasificaciones nacionales o internacionales, elaboradas por instituciones reconocidas, sitúa a una universidad privada entre las mejores de España. Ni la lista de la Universidad de Shanghái, ni la del CSIC, ni la del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, ni la Fundación BBVA.

Lo que está ocurriendo, y no cuenta Feijóo, es que sus barones del PP en los últimos años están aprobando universidades “como churros”. Les da igual dónde estén: en locales comerciales, en polígonos… incluso universidades sin profesores. Estos son los “chiringuitos” que el presidente del Gobierno quiere cortar.

Para ello, Pedro Sánchez ha anunciado la puesta en marcha de un Plan de Relanzamiento de la UNED, con 30 millones el primer año, para que sea una referencia en la enseñanza virtual pública y de calidad. Se ampliarán las plazas de grados y másteres habilitantes y se crearán nuevas plazas en títulos de alta demanda, como el Grado de Inteligencia Artificial, el de Neurociencias o el de Neutrónica Computacional.

Se endurecerán los criterios de creación, reconocimiento y autorización de universidades y centros universitarios, tanto públicos como privados, para que cumplan con los estándares de calidad y excelencia. Una universidad no puede ser una máquina expendedora de títulos.

Asimismo, el gobierno propondrá que las universidades “online” se consideren de ámbito nacional. Para ello, solo podrán ser autorizadas con la aprobación de las Cortes Generales, lo que reforzará la supervisión y garantizará su calidad académica en beneficio de los estudiantes de todo el territorio.

Mientras Pedro Sánchez apuesta por una educación superior universal, de calidad, que dé oportunidades y cohesione el territorio, el PP de Feijóo apuesta por un modelo que discrimina entre quienes pueden pagar y quienes no. Mientras el presidente socialista defiende que las universidades sean lugares de encuentro, innovación y conocimiento que nos enriquecen a todos, el PP de Ayuso y Moreno Bonilla apuestan por negocios a corto plazo que solo benefician a unos pocos, entre los que se encuentran ellos mismos.

La historia de la universidad pública española es una historia de éxito. Esa fue nuestra gran apuesta de país: una universidad pública que impulsara el progreso, la cohesión social y abriera sus puertas de par en par a toda la sociedad. Un verdadero ascensor social. De todos y todas depende que ese ascensor no vuelva a detenerse nunca más.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio