“Es muy gordo todo”, efectivamente, como dijo en una conversación telefónica intervenida, la exconcejala de cultura del Partido Popular del Ayuntamiento de Valencia, María José Alcón, haciendo referencia a la trama mafiosa que vivía en su partido. Era en abril de 2015, semanas antes de las Elecciones locales y autonómicas en las que el PP perdería su feudo particular valenciano. En esa conversación la entonces concejala le contaba a un familiar la trama de corrupción y de blanqueo de dinero en el que se había visto inmersa. Exponía cómo le habían entregado dinero en efectivo, en billetes de quinientos euros, que no debía ingresar en ninguna entidad bancaria, y cómo le pedían que traspasara la misma cantidad, mediante transferencia bancaria, a una cuenta del Ayuntamiento.

Blanqueo de dinero dentro de las instituciones públicas ¡ahí es nada! El contexto se encuadra en las investigaciones del Caso Taula, sobre el blanqueo de capitales por parte del Partido Popular en Valencia, llevadas a cabo por la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Todos los populares investigados declararon que Rita Barberá estaba al tanto de estas “operaciones” delictivas, relacionadas con dinero que provenía de comisiones fraudulentas y de actividades ilícitas de todo tipo. Ya sabemos que Al Capone, al lado de los de la gaviota, no llega ni al nivel de un cándido preescolar.

Rita Barberá, a día de hoy, ha sido recolocada como senadora del Grupo Mixto, con cuyo cargo, recién estrenado, ha sido fotografiada, por cierto, haciendo uso del sillón del Senado para hacer, como decía mi madre que decía su abuela, la siesta del carnero, es decir, estaba dormida como un verdadero tronco en plena sesión. ¡Qué fuerte!

El Partido Popular, que, repito, ya hubiera querido para sí Al Capone, sigue subiendo en intención de voto

Y hace escasamente una semana, Marcos Benavent, un corrupto redimido que ha puesto en jaque a la plana mayor de la derecha, ha declarado en los juzgados, como testigo en el Caso Taula, sobre el cobro de dinero ilícito a empresas adjudicatarias de contratos públicos durante la etapa como alcaldesa de Barberá. Y ha declarado que Mariano Rajoy y Francisco Camps estaban al corriente del cobro de esas comisiones presuntamente irregulares. ¿Cómo no lo iban a estar? El PP valenciano ha sido, y es, la máxima expresión de la corrupción de esta derecha corrupta, choriza y rastrera. Pero era un tentáculo más. No era, en absoluto, la mano que mece la cuna.

Estamos viviendo en un país en el que el Presidente en funciones, del partido más corrupto pero más votado, ha sobrevivido a la trama política delictiva más inimaginable en un país democrático, la Gürtel, que ha cobrado sobresueldos junto a todos los líderes de su partido, un partido con una contabilidad B, sin declarar, participando, por tanto, en un fraude fiscal como dios manda; una contabilidad que se nutría ilegalmente con donaciones de empresarios que eran recompensados con contratos públicos. Es un Presidente que ha mentido repetidamente en el caso Bárcenas, y que quedó en vergonzosa evidencia cuando salieron a la luz los mensajes personales que enviaba a su amigo tesorero del partido dándole apoyo y ánimos. Cualquier otro gobierno, con muchas menos evidencias e imputaciones, hubiera salido pitando de inmediato, y muchos de sus líderes estarían en prisión.

Pero, mire usted por dónde, es un Presidente crecido ante la adversidad que sigue siendo el candidato con más posibilidades de detentar el poder, si llega, en la próxima, legislatura. Y, mire usted por dónde, su partido, el Partido Popular, que, repito, ya hubiera querido para sí Al Capone, sigue subiendo en intención de voto. Ni Buñuel ni Fellini hubieran podido imaginar una situación más surrealista que ésta. Hasta una concejala de su partido dice que “ésto es muy gordo”. Y la izquierda, enfrentada y dividida, e incapaz de unirse. Y el país, el más corrupto de Europa

Pero eso sí, cristianos hasta la médula, católicos, y muchos hasta del Opus, eso sí son. Como dios manda. Que los valores son los valores. Y la moral cristiana es el ejemplo a seguir. Los obispos, sus íntimos. Como dios manda, también. Total, como de vez en cuando se confiesan, todo se queda en pecata minuta