Se sabía que el desastre iba a ocurrir y no se ha hecho lo suficiente para aminorar los daños y, sobre todo, para evitar centenares de muertos que sin duda se podían haber evitado. Soy duro porque estoy seguro de lo que afirmo.  Desde hace tiempo sabemos que más de un millón de viviendas españolas están ubicadas en zonas inundables, que son todas aquellas que tienen una probabilidad del 1% anual de sufrir una inundación grave, es decir, una vez cada 100 años por causas marítimas o fluviales, y todas las zonas afectadas por esta terrible DANA (Depresión Aislada de Niveles Altos) se pueden encontrar perfectamente identificadas como inundables en el SNCZI (Servicio Nacional de Cartografía de Zonas Inundables) del MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).

La predicción meteorológica que nos facilita la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), también del MITECO, es hoy sumamente fiable en tanto que el miércoles 23, empezó a informar al respecto de la gota fría (DANA) con los datos disponibles: "En los próximos días, un embolsamiento de aire frío quedará aislado de la circulación general, dando lugar a la formación de una dana" y así siguió informando todos los días  de este fenómeno hasta que el domingo 27 emitió un primer aviso especial de fenómenos adverso con lluvias torrenciales para el martes 29. El lunes 28 a las 14:04 publicó un segundo aviso especial por lluvias intensas que literalmente decía:"El martes 29 se prevé el día álgido del episodio, esperándose la mayor probabilidad de estas precipitaciones y tormentas intensas en el área del Estrecho, Andalucía oriental, Murcia, este de Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana".Finalmente el martes 29 a las 7:30 decretó para la Comunidad Valenciana aviso de nivel  rojo por riesgo extremo.  O sea que desde la semana pasada todos podíamos saber que estábamos en puertas de un desastre y quienes tenían que haber preparado todo para  proteger a los ciudadanos no lo hicieron.

A mayor abundamiento, a las 11:50 del martes trágico la Confederación Hidrográfica del Júcar advirtió de desbordes y crecidas, pues para ello cuenta con el SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica), si también del MITECO, una maravilla que cualquiera puede consultar. A continuación, la Dirección General de Protección civil y Emergencias del Ministerio del Interior lanzaba esa alerta hidrológica.

Con toda esa información, el responsable de la protección civil de los valencianos, el presidente de la Generalitat Valenciana, declaraba, tranquilizador, ese martes a las 13 horas, que todo estaba bajo control y que a las 18 horas la DANA disminuiria su intensidad, lo que sin duda influyó en que los posibles afectados no tomaran medidas ante el desastre inminente y a lo que parece no adoptó ninguna medida preventiva.

Lamentablemente, se ha dejado construir demasiadas viviendas en zonas inundables y los fenómenos catastróficos, lejos de disminuir, se están incrementando por causa del desastre climático generado por la actividad humana, mientras los políticos a nivel mundial no son capaces de atajarlo, dominados por los intereses económicos. Es en ese escenario es donde se hace necesaria una acción pública eficaz para protegernos, que obviamente en este caso no ha existido.

Tenemos información fiable para que con la antelación suficiente podamos proteger nuestras vidas,  porque sabemos cuándo y dónde van a ocurrir este tipo de desastres, incluso los más improbables como los tsunamis. Solo falta que salgamos de la estupidez culpable y exijamos más servicios públicos con suficiente dotación económica, planes de contingencia para todo tipo de emergencias y formación ciudadana para saber qué hacer cuando sucedan, y finalmente, un sistema de avisos global a la altura de los tiempos,  para que no sea "un sálvese quien pueda".