"Basura comunista, si tienes huevos pásate por Barcelona sin escolta". “Merece que le implanten un chip con forma de bala” en la cabeza. Son dos de las numerosas amenazas y mensajes instando a agredirnos o asesinarnos que hemos recibido en las redes sociales por parte de seguidores de un empresario al que hemos denunciado en las últimas semanas al considerar que estaba saltándose la ley.
“Hijos de puta”, “vagos”, “come gambas”, “engañais a todo el mundo”, “lo único que hacen es vivir del cuento”, “queréis hundirnos”, “queréis que todo el mundo sea pobre”. Estos son algunos de los comentarios que nos ha dedicado en una colección de vídeos el empresario en cuestión, Ángel Gaitán, que también ha afirmado que le han contado cosas gravísimas sobre mí a nivel personal, tan graves que no puede contarlas, y deslizar que tanto el número de socios que declaramos en FACUA como nuestras cuentas son falsas y que ocultamos de dónde obtenemos nuestra financiación.
A Gaitán, por cierto, lo hemos denunciado por saltarse la prohibición legal de acuñar “monedas conmemorativas”, algo que solo puede autorizar la Dirección General del Tesoro. Monedas que utiliza como reclamo publicitario para vender sus productos. Monedas que dice haber creado para que nadie olvide lo que pasó en la DANA. Porque claro, si no existiesen esas monedas, la gente lo olvidaría. Así que para no olvidar, hay que comprar los productos de Ángel Gaitán, que lo ha dado todo por Valencia… y por España. Otro empresario que hace negocio con una tragedia y que no para de darse golpes de pecho para que todo el mundo conozca el titánico esfuerzo que hizo por los valencianos mientras nosotros, según él, no hicimos absolutamente nada. Lo que no nos hicimos, desde luego, fueron fotos ni vídeos para presentarnos como salvapatrias.
Y por supuesto, Gaitán ha tirado del mantra de que somos unos vividores subvencionados mientras que él no recibe ninguna subvención.
Generalmente, cuando los empresarios reaccionan a nuestras denuncias lo hacen o bien asumiendo sus irregularidades y rectificando o bien negando públicamente que las hayan cometido. Algunos nos dicen que hemos caído en un error y nos piden que rectifiquemos. Y sí, en más de cuatro décadas de existencia, algún error hemos cometido. Pocos, pero alguno ha habido. También hay empresas que amenazan con llevarnos a los tribunales. Nada más que un par de ellas lo han hecho, concretamente Ryanair y la OCU. Las dos perdieron.
Pero reacciones como la de Gaitán, lanzando bulos, insultos y propagando el odio contra nosotros, solo nos las habíamos encontrado dos veces. Las dos por parte de tipos de su mismo plano ideológico. Generadores de bulos y odio de extrema derecha. El primero fue Luis Pineda, que a comienzos de los años 80 lideró una banda terrorista de ultraderecha y después montó una seudoasociación de consumidores desde la que se dedicaba a exigir dinero a los bancos a cambios de no montarles campañas de desprestigio. El segundo, Alvise Pérez, al que denunciamos en plena pandemia por lanzar un comercio online con graves fallos de seguridad que dejaban al descubierto datos personales de sus clientes. A Pìneda lo llevamos a los tribunales y acabó con cuatro condenas por difamarnos a FACUA y a mí por las que tuvo que pagarnos indemnizaciones que sumaron alrededor de 100.000 euros, además de tuitear día tras día que estaba condenado por insultarnos y mentir sobre nosotros. Incluso tuvo que asumir la colocación de enormes carteles en los soportes del mobiliario urbano para dar a conocer el fallo de la última de las sentencias. A Alvise lo demandé yo mismo el pasado mes de mayo por inventar que cometí una larga de delitos contra él y que una jueza decidió imputarme y que me juzgaran por ellos. El juzgado lleva meses intentando localizarle sin éxito para notificarle la demanda.
Los insultos y las campañas de difamación que emprenden aquellos a quienes denunciamos por cometer abusos no van a amedrentarnos. Llevamos desde 1981 defendiendo a los consumidores que sufren irregularidades y enfrentándonos a empresarios que se saltan la ley. Cada año logramos que miles de usuarios recuperen millones de euros cobrados de forma fraudulenta. A veces también conseguimos que esos empresarios acaben pagando multas, algunas de ellas de seis o siete ceros. Una de las últimas, la aplicada por el Ministerio de Consumo a las aerolíneas, ha alcanzado los 179 millones de euros. Una cifra que multiplica por mucho las subvenciones que hemos recibido en nuestros más de 40 años de historia.
Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.
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Editorial del episodio 68 del pódcast En Ocasiones Veo Fraudes