Cuando en ocasiones cojo el autobús para bajar de Soto del Real, donde vivo con mi mujer y mis tres hijos, me enfrento a una realidad que significa que mi trayecto hasta la Asamblea de Madrid exige invertir casi dos horas en lugar de 40 minutos que suelo tardar en coche. Esto me hace pensar, que, como yo, más madrileños que tienen abono de transporte no lo usan con mucha mayor frecuencia porque la calidad del mismo no es la adecuada ni la que exige su realidad diaria. Calidad en forma de mayores frecuencias, mejores conexiones y otras opciones como parkings disuasorios, que hoy son tareas pendientes en uno de los asuntos de mayor trascendencia a medio y largo plazo en la Comunidad de Madrid.

Calidad del transporte público en forma de mejores redes e infraestructuras porque el autobús, el metro o el tren de Cercanías conectan a las personas con sus trabajos, con sus estudios y con sus momentos de ocio. Porque el transporte público es una parte esencial para la vida de todas las personas que lo utilizamos en ocasiones o los que lo hacen a diario. Un transporte público de máxima calidad es un elemento clave para elevar sustancialmente la calidad de vida de cientos de miles de madrileños.

En la Comunidad de Madrid, una región con 6,7 millones de habitantes, 4 millones de madrileños tienen abono de transporte público. Algo más de 2 millones tienen el Abono Normal, 1,3 millones se benefician del Abono Joven y cerca de 1 millón tienen el Abono para mayores de 65 años. Eso quiere decir que casi el 70% de la población que vive en nuestra región utiliza alguno de los medios que forman parte de nuestra red de transporte público. Por lo tanto, cuando hablamos de mejorar la calidad del transporte público lo que estamos haciendo es abordar cómo mejorar la vida de las personas, tanto de las que lo utilizan como de las que optan por otros medios. Porque apostar por el transporte público es apostar por reducir la congestión del tráfico, por el desarrollo de los comercios y, también, por apoyar el turismo en nuestra región.

La invasión de Putin en Ucrania ha supuesto una terrible bofetada para los que defendemos la paz y el diálogo como herramientas para la consecución de objetivos políticos y una masacre de vidas intolerable, pero también ha abierto una guerra energética con un impacto directo en la vida de toda la sociedad española y madrileña, que han visto cómo se disparaban los precios, entre otros, de los carburantes. Por eso, el PSOE de Madrid hemos puesto sobre la mesa medidas claras y concretas para aliviar las dificultades que para muchas familias ha supuesto esta situación.

Lo hemos hecho en primer lugar, porque los socialistas madrileños queremos mejorar la calidad de vida de los madrileños. Lo hemos hecho también ante la inacción del gobierno de la señora Ayuso, que sigue sin concretar ni una sola medida para atender los problemas reales de los madrileños como consecuencia de esta maldita guerra.

Propusimos un primer paquete de medidas para mejorar la calidad del transporte público de la Comunidad de Madrid con más conexiones y frecuencias y la creación de parkings disuasorios. También planteamos que los usuarios habituales del transporte público tuviesen dos meses gratis su abono en cualquiera de sus modalidades, al tiempo que se establecía una tarifa plana mensual de 30 euros para todo el transporte público de la Comunidad de Madrid pasados esos dos primeros meses y ampliar la tarifa joven hasta los 30 años incluidos.

Calculamos que estas medidas podrían suponer un ahorro de hasta 420 millones de euros para los madrileños, además del impacto que tendría para la calidad del aire que respiramos todos. De esta manera, un trabajador que habitualmente usa su vehículo privado para ir al trabajo y se gasta 200 euros al mes en combustible, se podría ahorrar hasta 70 euros mensuales si optara por utilizar el transporte público durante 10 días.

Pero no nos conformamos solo con este primer paquete de medidas y unos días después, al tiempo que el Gobierno aprobaba la medida de reducir 20 céntimos el precio del litro de la gasolina, propusimos que el Gobierno de Madrid aportase 3,5 céntimos adicionales para todos los madrileños y que así se pudieran ahorrar hasta 23,5 céntimos de euros por litro en cada recarga. Ambas medidas podrían ser financiadas con los 1.200 millones de euros que en 2021 recibió la Comunidad por la cesión de los impuestos de los hidrocarburos (58%) y de la electricidad (100%). Todas las medidas propuestas podrían ser financiadas utilizando el 50% de los impuestos cedidos por el Estado.

Además del plano económico está el medioambiental. Un mayor número de madrileños que optasen por reemplazar el uso del vehículo privado por el transporte público también tendría un efecto en la reducción de la contaminación y la mejora de la calidad del aire que respiramos. El uso de transporte público en lugar del coche consume 15 veces menos combustible y por tanto conlleva una reducción de emisiones contaminantes. En otras palabras, un usuario de metro o cercanías emite 14 gramos de CO2. Para el mismo trayecto en su coche privado emitiría 157,5 gramos de CO2.

Pero una vez más, nos hemos topado con el muro del gobierno de Isabel Díaz Ayuso que, a la hora de la verdad, no mueve un dedo por esta región y sus ciudadanos. Una vez más, el gobierno del PP se ha puesto en modo “ver la vida pasar” como forma de gobernar. De momento, ni ha rechazado las propuestas ni ha ofrecido una alternativa.

Ayuso, instalada en esa burbuja de la que no sale, se limitó a responder citando el Muro de Berlín. Mientras ella viajó a 1989, los socialistas madrileños seguimos pensando en el futuro de esta Comunidad, en cómo conectar mejor todos nuestros pueblos y ciudades. En definitiva, en cómo lograr un transporte público para que nuestra vida sea mejor.

Juan Lobato, secretario general PSOE de Madrid y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid.