La sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) definitivamente no va a instalarse en Barcelona. Otro chasco, después de que numerosas empresas ya trasladaron su sede social fuera de Cataluña y bastantes están reubicando ahora su domicilio fiscal. Pero, la última decepción se ha convertido en una ocasión de oro para que unos y otros se tiren los trastos a la cabeza, con la vista puesta en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre.

Así, el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, especializado en ver la paja en el ojo ajeno sin mirar las vigas en los ojos de los suyos que se lo llevan crudo, ha tuiteado con sarcasmo, “Felicidades,  Puigdemont”. Mientras el Gobierno ha culpado del desastre a los independentistas

Claro que el expresident fugado tampoco se anda con tonterías. Ha señalado con el dedo donde está la culpa: “Encarcelar líderes civiles y a la mitad del Gobierno legítimo, forzar al exilio a la otra mitad, erradicar el autogobierno y, ahora, empobrecer el territorio”. En su opinión, “hasta el 1 de octubre Barcelona era la favorita, pero con violencia, retroceso democrático y la aplicación del artículo 155 de la Constitución el Estado lo ha sentenciado".

Parece que la capital catalana no era la favorita, a pesar de que las expectativas del traslado a Barcelona de la Agencia Europea del Medicamento hayan sido utilizadas como agitprop de cada cual. Quedó descartada en la primera ronda y finalmente Amsterdam ha sido la ciudad elegida en reñido combate con Milán y Copenhague.

En realidad, ahora parece que lo que más interesa a algunos es avivar el fuego y recriminar al contrario, cuando a la mayoría de ciudadanos catalanes y no catalanes lo que les interesa es recuperar la tranquilidad, la concordia, celebrar elecciones, y trabajar por el bienestar de todos.

En cuanto a Carles Puigdemont, va siendo hora de que dé la cara ante la Justicia, del mismo modo que la Justicia debe dar la cara ante la sociedad y actuar con la cabeza, no con las tripas. Porque la verdad, espanta lo que está pasando y al final se acabará beneficiando de todo esto el PP y el Gobierno de Rajoy que echan gasolina en otros incendios para apagar el propio. A ver si con la falta de oxígeno se extingue el suyo o al menos el humo no deja ver el escenario de corrupción que se otea de fondo.