Un sesgo ideológico subliminal
Como sé que muchos malinterpretarán lo que acabo de exponer, intentaré responder a las críticas antes de que se me formulen. Nada me hace pensar que la decisión del jurado en cuestión se haya fundamentado en una convicción apriorística de la inocencia de Camps. En modo alguno quiero cuestionar la imparcialidad de nueve ciudadanos honestos, pero sí que quisiera advertir de un posible sesgo ideológico subliminal (no intencionado) difícil de detectar en las entrevistas previas que deciden a quien se acepta o a quien se recusa como miembro de un jurado popular.

Votar a quien se censura
Baso esta hipótesis en un curioso fenómeno que desde hace tiempo se viene observando en la Comunidad Valenciana donde, junto a un mayoritario rechazo por la mala praxis de algunos políticos conservadores (corrupción, despilfarro…), hay un apoyo incondicional en las urnas a los mismos políticos que previamente se censuran. Es algo sociológicamente inexplicable y que trae de cabeza no solo a los analistas políticos sino a toda la izquierda de este levante infeliz que se ve incapaz de levantar cabeza desde hace casi veinte años.

Seguir leyendo en el blog de Alberto Soler