Como decimos por Zamora, "no le arriendo la ganancia" al nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en su nueva andadura como presidente de la formación conservadora. Hereda un Partido Popular desnortado en estado catatónico tras la salida traumática de Pablo Casado, consecuencia de sus actividades frente a la “lideresa” madrileña Isabel García Ayuso, las relaciones empresariales de su hermano, sus negocios, la nueva trama de espionaje y la extorsión denunciada en torno a esas actividades.

En fin, otro episodio más de un Partido Popular corrupto donde ese término acuñado y denominado “cleptocracia” ha sido el manual de estilo de una organización que los jueces han sentenciado como “criminal”, donde muchos de sus dirigentes se han enriquecido ilícita e inmoralmente en esa lista interminable de casos de corrupción que les asedian, les persiguen, les juzgan y les condenan.

En relación al nuevo líder del PP me parece muy recomendable la entrevista a Alberto Núñez Feijóo realizada por Jordi Évole en laSexta. El presentador le muestra el libro Fariña de Nacho Carretero, donde el político gallego es citado. Y después, Évole sigue insistiendo en sus relaciones con el traficante gallego Marcial Dorado. La respuesta de Feijóo en la entrevista cuando le dicen “habla de usted” es, “eso me han dicho”. Un símil de Rajoy cuando refiriéndose a Bárcenas decía aquello de “esa persona de la que usted me habla”.

El nuevo presidente del Partido Popular no es uno nuevo. Como se podría ironizar en la película Martin Scorsese, es "uno de los nuestros”. Un nuevo viejo conocido de la política española. Arrimado a la vieja guardia de Galicia encabezada por Fraga, Rajoy, Romay Beccaria, Xosé Cuiña, José Luis Baltar y tantos otros políticos de la derecha que conocen perfectamente las estructuras del PP, valedores de esa interminable lista de presidiarios y corruptos de los gobiernos de Aznar.

Más allá de ello, hechos constatados, Núñez Feijóo hereda un Partido Popular, el de Pablo Casado, sobre una herencia de un Partido Popular, el de Mariano Rajoy, sobre otra herencia de José María Aznar, todos ellos corruptos y desnortados que ahora se intentan proclamar la salvación de la patria.

Durante estos días, desde el PSOE, le hemos pedido a Feijóo que pare el “pacto de la vergüenza” en Castilla y León, ahora que ya es el líder del PP. El pacto que Partido Popular y la extrema derecha están cerrando en los despachos y que sigue sin conformarse cincuenta días después de las Elecciones Autonómicas y 25 después de constituirse el Parlamento.

Y le hemos recordado a Feijóo sus propias palabras, cuando dijo que “había frenado en Galicia el avance de Vox porque es malo para Galicia”. Lógicamente la pregunta es: ¿Eso significa que el nuevo líder del PP considera que lo que es malo para Galicia es bueno para Castilla y León?

Tengo la sensación de que Feijóo, como Pablo Casado, como Rajoy o como Aznar solo tienen una obsesión: llegar a la Moncloa. Recuperar la llave de la caja. Ahora la llave de la caja de los Fondos Europeos Next Generation, los de Recuperación y Resiliencia. Recobrar la “cleptocracia” del Partido Popular. La caja de todos esos escándalos de corrupción endémica del PP que tanto y tanto daño han hecho a las estructuras de gobierno institucionales en nuestro país, en el Gobierno de España, en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos donde ha gobernado el Partido Popular.

Y para ello, Feijóo pactará con la extrema derecha de Vox y con todas las derechas extremas y extremas derechas que le permitan llegar a la cúpula del Gobierno de España. Porque Feijóo, como he dicho antes y como decía Martin Scorsese, ante la clase dirigente del PP es "uno de los nuestros”.

Después del Congreso celebrado en Sevilla, en el que Feijóo despreció a Mañueco y al PP de Castilla y León dejándolos fuera de las responsabilidades importantes de la dirección nacional, nada ha aclarado sobre su posición para impedir un gobierno con la extrema derecha.

Nada ha aclarado Feijóo sobre si piensa impedir que un partido, el Partido Popular, cuyos antecesores ya votaron en contra de la Constitución, se van a alinear con las posiciones extremistas de la derecha. No vale hablar de buenas intenciones. Feijóo tiene que decidir si su aliado es Vox o la Constitución. Si su aliado es la Democracia y la Libertad o la extrema derecha franquista.

Porque en Castilla y León no tenemos Gobierno y el Parlamento está paralizado, y Mañueco está humillado y sometido a la extrema derecha, aceptando todos y cada uno de sus chantajes. Después de tres meses la ciudadanía, autónomos, agricultores, trabajadores, empresarios, mujeres, jóvenes y mayores, no se pueden permitir estar sin Gobierno en Castilla y León.

Esta situación, con la connivencia y la complicidad del PP y de Núñez Feijóo, impide la gestión de los Fondos europeos, la tramitación de leyes o poder contar con Presupuesto para el presente ejercicio. Mientras las instituciones de Castilla y León están paralizadas por los intereses del PP, de Núñez Feijóo y de Mañueco, el resto de las comunidades avanzan y el Gobierno de España ha puesto en marcha medidas para paliar los efectos de la crisis energética provocados por la guerra de Ucrania.

Y quiero poner en valor que mientras esta situación, amparada por los máximos líderes del PP en todos los niveles, el líder socialista en Castilla y León, Luis Tudanca, ya ha presentado una batería de propuestas para que la Junta las aplique en el ámbito de sus competencias.

Antidio Fagúndez Campo es diputado del PSOE por Zamora