Es verdad, como ha escrito hoy en ELPLURAL.COM nuestra excelente periodista Angélica Rubio, que estas dos derrotas rotundas de Pedro Sánchez -en su lógico afán por conseguir la presidencia del Gobierno- nos conducen a la “primera investidura fallida de la Democracia”.
Pero conviene, no obstante, tener en cuenta que en medio de las dificultades políticas que ahora surgen a paletadas, la democracia lograda en España en 1978 –tras más de cuarenta años de dictadura brutal- ha entrado por todas partes exigiendo el cambio. Es decir, todo aquello fue espléndido sí, pero ya estamos abriendo, y a toda velocidad, las puertas del siglo XXI.
Los refranes, en todo caso, tienen la suerte de sobrevivir generación tras generación. He aquí uno de ellos: “A la tercera va la vencida”. O sea, que toda vez puede el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, conseguir su objetivo de liderar este tiempo de pactos y de coaliciones sensatas.
Enfermo grave el PSOE, Iglesias no ha ganado al socialismo, salvo en las elecciones europeas
Recordemos el inicio de Podemos que fue el siguiente: “Objetivo asaltar los cielos”. Parecía entonces, al principio del fenómeno Pablo Iglesias, que iba a arrasar no a los cielos, que están muy lejos, sino al partido de los socialistas que estaba literalmente rozando el abismo. Aun así, enfermo grave el PSOE, Iglesias no ha ganado al socialismo, salvo en las elecciones europeas. Y, por ahora, punto pelota.
Claro que algunos de sus gurús y de sus compañeros famosillos, como Jorge Verstrynge, cuyo lema era:¡Viva la desobediencia!, no favorecían a Iglesias. Cuando se supo por toda España que Anguita adoctrinaba al líder de Podemos, empezaron a marchar algunos militantes de buena fe. El grupito de Anguita, PedroJ. Ramírez y José María Aznar ya habían logrado una caída notoria de Izquierda Unida.
Volvamos a Podemos. Pablo Iglesias no pretendía una izquierda plural, sino hundir al PSOE. Y ha estado a punto de conseguirlo. La firmeza de Pedro Sánchez ha impedido la debacle de socialismo español. Quedan dos meses para que Sánchez haga lo que debe hacer. ¡Y a la tercera va la vencida!