Los españoles han expresado dos veces en las urnas que quieren al PSOE al frente del Gobierno, apoyado por otras fuerzas progresistas. La verdad es, que en un escaso tiempo de mandato y en situación precaria, Pedro Sánchez ha hecho muchas cosas, con todos enfrente (incluso sus ahora posibles aliados, Unidas Podemos). Una etapa compleja de Gobierno en funciones.

El colofón de traer a España un evento del calibre como la Cumbre Mundial del Clima, lo dice todo. Sobre nuestro país recaen hoy las miradas del mundo, que observan con esperanza el foro que reúne a líderes de todas las naciones.

Expectativas, es la palabra más adecuada para entender la decisión de Sánchez de que España fuera la sede del evento. No solo por el futuro del medio ambiente, que es el futuro del mundo, sino porque a un nivel más más inmediato, también se abren expectativas para tratar una situación tan complicada como la que se vive en Cataluña. Empieza a verse la luz de un túnel que bastantes quisieran ver tapiado para dinamitarlo.

Aunque a muchos no les agrade andar templando gaitas con quienes tienen una visión muy distinta del futuro del Estado, la postura de los socialistas de escuchar e intentar suavizar las cosas es buena para el conjunto de Cataluña y para el resto de España. Resolver los problemas con tranquilidad y sin aspavientos, conversar, tender puentes, y no levantar muros, es la opción que lleva a los socialistas a llamar a otras puertas, y también a garantizar la investidura de Sánchez.

Así lo entiende esta vez, la veterana política del PP Esperanza Aguirre, que se ha dirigido a Pablo Casado para que deje gobernar a Pedro Sánchez en solitario, y así evitar que el Gobierno “caiga en manos de los independentistas y comunistas bolivarianos”. Es difícil de entender esta sorpresiva aparición de Aguirre, después de su imputación en el caso Púnica, para decir lo mismo que dicen, pero no hacen, su partido y Ciudadanos. Una constante contradicción en la que piden a Sánchez que rompa con Unidas Podemos, a cambio de brindarle un apoyo temporal, con su eventual abstención en la investidura.

Frente a las razonables palabras de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, el PP sigue en la suya, dando el espectáculo. No hay más que ver el rifirrafe que han montado con sus socios para repartir los puestos de la Mesa del Congreso. La negativa cerril de Pablo Casado, líder del PP, a dar vía libre a la investidura de Sánchez, apoyado en la ultraderecha y arrastrando en su postura a Ciudadanos, no es buena para nadie y traerá consecuencias poco gratas.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com