El próximo 14 de diciembre se cumplen 30 años de la huelga general más potente y unitaria que ha tenido el estado español. También 30 años del entierro de una las escritoras más brillantes y comprometidas, digámoslo con todas sus letras, ANTIFASCISTA, nuestra admirada María Teresa León. El próximo 14 de diciembre se abrazan desde la memoria la lucha de obreros e intelectuales.

Durante estos treinta años hemos visto como han ido proliferando grupos neonazis que campan a sus anchas sin condenas ni persecución, que hoy o mañana pueden salir de caza por Barcelona y Valencia con total impunidad. Ya Mayor Oreja en el verano de 2017 lo dejó claro, ETA no ha muerto está en Catalunya. Fiel reflejo de la estrategia militar-policial-estatal que ha realizado el Gobierno de España frente a la, por cierto cada vez más imparable, movilización pacífica y ciudadana por la independencia. La batasunización de la movilización tan como la plantea el Gobierno y la Judicatura no comenzó con la DUI ni con el 1 de octubre, comenzó en Gamonal, en las marchas del 22M, en la represión con la okupación, en la Ley Mordaza… Así que dejemos el discurso complaciente de que la independencia ha provocado la rebelión del fascio. Asumamos que más bien lo que ha hecho es legitimarlo socialmente, porque aquí los golpes de estado los dan los jueces, los militares y después ya viene… el pueblo.

También en estos treinta años hemos podido comprobar la impunidad sobre los asesinatos de la transición y no digamos los del franquismo. Treinta, cuarenta, ochenta años… de silencio y vergüenza para un país que todavía se plantea dónde enterrar al Dictador asesino.

Y treinta años de asesinatos machistas. Un patriarcado asesino que no se detiene.

Estos treinta años también se han tenido muchas evoluciones en la izquierda, y reseñable es que parece ser que ya el régimen del 78 no se abraza con tanto cariño, y por fin se dan cuenta que eso del comunismo antes servía para legitimar en cierta manera la democracia, pero que si no existen o están fuera del Congreso pues mucho mejor para los autonombrados “constitucionalistas”. Ya se acabó el periodo de la cuota roja que disfraza un país que ha heredado lo mejor de la  corrupción franquista en muchos y variados ámbitos de la vida.

Llevamos treinta años soñando con una banca alternativa, con un modelo cooperativo alternativo… y salvo honrosas excepciones en Euskadi y Catalunya, no hemos sido capaces de generar el contrapoder suficiente para que nuestra gente pueda ganar en autonomía y libertad, en estructuras para que los movimientos políticos no se basen solo en las instituciones o en los cargos liberados como motores de organización y movilización.

No podemos esperar treinta años para hacer una huelga general que pare la reforma laboral y haga más digna la vida de la clase trabajadora, no podemos esperar treinta años para construir una economía alternativa y solidaria y a la vez solo criticar al capitalismo basura; no podemos esperar treinta años a que el fascismo sea la expresión de las capas populares y trabajadoras… No se puede esperar.

La crisis vino para quedarse. Ya llevamos años acostumbrados a la precariedad, a la falta de futuro. Nuestras familias tienen algún emigrado, nuestros problemas económicos son cotidianos. La crisis asfixia y ahoga. La precariedad laboral es el sucedáneo con el que aguantar la vida.

Por eso desde hace unos meses hemos venido hablando un grupo de personas que estamos en la intervención y acción cultural, con la voluntad de generar un bloque diverso y unido para plantar cara al momento político. No se preocupen, que no hablamos de un partido político nuevo. Venimos a proponer algo que ayude a subvertir la realidad desde la creación y la acción cultural.

Tenemos claros varios puntos, y por eso, más que un manifiesto lo que hacemos es un llamamiento a iniciar un proceso, y nos hemos puesto como fecha el próximo 14 de diciembre.

Un llamamiento a que todos aquellos y todas aquellas que aportan a la vida desde el teatro, el cine, la literatura, la plástica, la danza, la música, la pintura… demos un paso adelante contra el fascismo siglo XXI. Un fascismo como siempre salvapatrias que se fundamenta en el odio y el mantenimiento del beneficio del capital (la banca, las multinacionales,…). Un fascismo que tenemos que analizar en común, de forma colectiva, y al que tenemos que dar respuesta de forma colectiva.

No se trata de generar algo grande que sea inservible por su dimensión y que pueda resultar al final lento y burocrático, pero ¿por qué no una agenda de respuesta y de propuesta común y articulada?, ¿por qué no una red en el estado español y Europa frente al fascismo del siglo XXI?, ¿por qué no diseñar de forma colectiva cómo desde el arte, el pensamiento, la academia, los barrios, la fábrica, los centros de trabajo… se puede generar un futuro mejor?

En esto estamos. Así que no firmes ningún manifiesto, queremos que te unas a este proceso. Solo la unidad nos hará libres. En esto estamos.