La insaciable tijera del PP se ceba no sólo con derechos y conquistas sociales, también está podando indiscriminadamente libertades. La nueva ley de Seguridad Ciudadana que prepara el Gobierno de Rajoy tiene un tufo a tiempos preconstitucionales que asusta. Y en la Moncloa están también manos a la obra para mutilar la ley de huelga y recortar democracia con la reforma local. Estamos viviendo un proceso de involución democrática alarmante de raíz ideológica conservadora.

Estos dos años del PP han supuesto un retroceso brutal en derechos y en libertades. Los derechos fundamentales se respetan, se protegen y se garantizan, no se suprimen. El problema no es que los ciudadanos protesten, el gran problema es que los ciudadanos es que los ciudadanos no progresan, sienten que no tienen futuro por unas políticas que nos empobrecen y nos retrotraen a tiempos de infaustos recuerdos. La derecha ha recuperado la porra, tenía añoranza de la mano dura y de actuar como gendarme. Se han sacado de la chistera una ley de Seguridad Ciudadana que ven incongruente e innecesaria incluso los sindicatos de policías.

El PP quiere poner una mordaza a los españoles para que no puedan decir con toda libertad lo que opinan o expresar su insatisfacción en la calle. Todo lo contrario que demanda la sociedad, que exige que se les escuche, que se les dé participación y que desde la política se les ofrezca soluciones a sus problemas. En cambio, el Ejecutivo pepero pretende silenciar sus quejas con leyes que amenazan e intimidan. La derecha está aprovechando la crisis para mostrarnos su verdadero rostro, para imponer la agenda oculta que no se atrevían a airear.


* Miguel Angel Vázquez es periodista y portavoz del Gobierno andaluz