El nuncio apostólico en España, Renzo Fratini considera que habría que haber dejado en paz a Franco y que lo único que se ha conseguido es “resucitarlo”. Ha opinado así en una entrevista concedida a Europa Press, con motivo de su regreso a Italia tras cumplir la edad reglamentaria. Las afirmaciones de monseñor han sido de tal calibre que España va a presentar una queja formal ante El Vaticano. Y no solo por sus palabras sino también, ha explicado la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, por “su actitud con respecto a este asunto”.

Por su cargo de representante del Vaticano en España, Fratini ha mediado en asuntos que afectaban a la Iglesia como ha sido el de la exhumación del dictador, de la que ha dicho: "Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil".

“A Franco algunos lo llaman dictador, algunos dicen que ha liberado a España de una guerra civil, que ha solucionado un problema. No continuemos peleándonos sobre si tenía razón o culpa” ha venido a decir el arzobispo. Una inaceptable declaración del representante de un estado extranjero. Declaración que provoca la reacción por parte del Gobierno y, es de esperar, la respuesta del Papa Francisco.

¿Habrá que mostrarle a Fratini las famosas fotos de la cumbre de Francisco Franco y Adolf Hitler en Hendaya, para que se dé cuenta de las barbaridades que ha dicho? ¿O habrá que mostrarle documentos sobre el bombardeo a Barcelona, en apoyo a Franco, ordenado por Benito Mussolini? Esto último no me lo tienen que contar, porque lo vivieron mis padres en primera persona. Durante días, cada vez que se escuchaba el ruido atronador de los aviones y las bombas, tenían que esconderse en los sótanos. Afortunadamente, mis padres sobrevivieron, pero unas 1000 personas fueron asesinadas por el socio de Franco.

Quizá, habría que regarle un clavel al arzobispo, para ver si así refresca su memoria con este símbolo del derrocamiento de otro de los dictadores socios y, en este caso amiguete, de Franco, Antonio de Oliveira Salazar.

No se puede decir que un genocida fue un dictador para algunos. De las palabras del Papa Francisco en su entrevista con Jordi Évole, se podía deducir su pensamiento contrario al dictador, aunque no lo verbalizara de forma explícita, por la neutralidad a la que debe su cargo. Se lo acusó de tibio por su equidistancia, pero ahora Fratini cruza todas las líneas rojas.

Olvida el nuncio que, para ideología, la de los obispos españoles que han decidido sacar adelante su cadena televisiva 13 TV con sesenta millones en pérdidas declaradas en sus escasos cinco años de vida, a fin de continuar embarrando el ambiente político, mediante críticas tremendistas y muy poco cristianas para con el semejante, por parte de sus tertulianos.

Me preocupa pensar quién habrá asesorado a Fratini en el asunto de Franco. El delegado de Francisco olvida en todo momento a las víctimas  -al menos 110.000 aún desaparecidas en cunetas y fosas- y eso dice muy poco del carácter evangélico de su mediación. Ni una palabra, ni una ligera mención, a cientos de miles de españoles muertos, ejecutados, borrados del mapa, o a sus familias que vivieron el calvario de ser unos apestados por su condición de parientes de rojo.  Hay que entender que la Curia justificó, cuando no arropó, aquellas barbaridades y llevó a Franco bajo palio. Monseñor Fratini: no sorprenden sus palabras. Ni llama la atención la queja oficial. En España, la Iglesia casi siempre ha apoyado a los verdugos.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com