Como dos gotas de agua
Todo comenzó cuando, hastiado de escribir sobre crisis y recortes y de aguantar a una ministra de sanidad que se burla de la lengua de Cervantes y no distingue un Jaguar en su garaje de un “seiscientos”, o a un ministro de Educación –master en sociología para mas inri- que interpreta la masificación de las aulas como una “oportunidad para la mejor socialización de los alumnos”, andaba yo en busca de inspiración para un nuevo artículo, cuando me percaté de que dos conocidos políticos españoles guardaban entre sí un gran parecido y coincidían en muchos rasgos que iban más allá de su físico.

Ambos tenían un inconfundible “aspecto de derechas”, una estampa que les hacía pasar por hermanos y estaban afiliados al PP, aunque, y ahí fallaron las afinidades, sus apellidos descartaban cualquier tipo de parentesco.

Pinche aquí para seguir leyendo