Como todas las primaveras, son muchos los que aprovechan la llegada del buen tiempo o la llegada de las vacaciones de Semana Santa para pintar la casa. Pero, antes de elegir el color y las texturas, hay que conocer algunos aspectos de las pinturas para no intoxicar los ambientes de nuestro hogar.

Buena parte las pinturas y los barnices que encontramos en las grandes superficies de bricolaje o las droguerías de barrio están elaboradas con productos químicos derivados del petróleo que pueden generar emanaciones tóxicas para la salud.

Al llegar a altas concentraciones, estas emanaciones pueden llegar a convertirse en peligrosas para nuestro organismo, afectando no sólo a quienes pintan, sino la de los habitantes del hogar incluso mucho tiempo después de haber pintado.

Aunque cada vez son menos frecuentes en el mercado, todavía se pueden encontrar a la venta pinturas que emplean disolventes clorados como el tricloroetileno o clorobenceno que liberan compuestos orgánicos volátiles (COVs) al simple contacto con la temperatura ambiente.

La exposición a algunos de estos compuestos, como el xileno, el propano, el etilenglicol o la propia acetona, puede provocar reacciones alérgicas de leves a muy graves dependiendo de la sensibilidad de nuestro organismo, por lo que mucho antes de elegir el color o la textura de la pintura es necesario examinar con detenimiento la información de la etiqueta y asegurarnos de que no contenga ninguno de estos componentes.

La exposición a las sustancias tóxicas presentes en la pintura se produce sobre todo durante su aplicación y el período de secado, pero algunas de ellas pueden seguir emanando de la pintura durante meses e incluso años, contaminando la atmósfera de la habitación.

Por todo ello, si nos disponemos a aprovechar los días cálidos y soleados de esta primavera con marcado carácter estival para pintar alguna habitación del hogar, es más que recomendable emplear pinturas ecológicas, como las elaboradas a partir de látex sobre base acuosa, ya que no contienen este tipo de compuestos tóxicos y la cantidad de disolvente empleada para integrar las resinas es muy pequeña, por lo que no suponen ningún riesgo para nuestra salud ni la del medio ambiente.

Las pinturas ecológicas resultan cada vez más habituales en los comercios, no son mucho más caras y permiten las mismas aplicaciones que las pinturas plásticas elaboradas con compuestos tóxicos para la salud. Estamos hablando de algo tan importante como la calidad del aire que vamos a respirar.