La semana pasada leía que la presidenta de la Comunidad de Madrid denunciaba ante un micrófono que Pedro Sánchez le está persiguiendo de manera “psicopática”, y le calificó directamente de “psicópata”, lo cual me dejó perpleja. De hecho, llevo tiempo percibiendo que las derechas han convertido en un mantra llamar psicópata a Sánchez. Y esa maldad sólo puede ser creíble para gente que no entiende nada de nada de psicopatía. Los narcisistas y psicópatas son incapaces de hacer autocrítica, y siempre atribuyen todas las culpas, incluidas las suyas, al contrincante. Son las derechas los que están persiguiendo mediática y judicialmente al presidente del Gobierno y a su familia, sin ningún freno y sin ningún límite, y de manera claramente psicopática. Porque el acoso, la persecución, la difamación y el propagar mentiras y bulos, buscando el desprestigio de un gobierno que es alabado en todo el mundo, son herramientas psicopáticas, y comportamientos psicopáticos de manual.
De hecho, la prensa internacional lleva meses denunciando el acoso que sufren Sánchez y su familia a manos de la derecha española. El 9 de mayo, por ejemplo, un artículo detallado del Financial Times decía literalmente en su titular: Acoso judicial en España: Los casos contra la familia Sánchez (Lawfare in Spain: the cases against the Sánchez family); y continuaba con el siguiente subtítulo: “El presidente socialista sugiere que los jueces se confabulan con políticos de la derecha para perseguir a su mujer y su hermano”. Es vox populi en toda Europa, y en el mundo entero. Pero media España es incapaz de percibirlo, tal es el nivel de desinformación y de fanatismo. Y es que, como decía Carl Sagan, muchas personas creen en lo que necesitan creer para no tener que cuestionar su propia ignorancia o sus propios prejuicios.
Como la palabra “psicópata” suena fuerte y sugiere un montón de falsos tópicos que provienen de una gran desinformación general que nos hace creer que son asesinos en serie (lo cual es falso), hay autores, científicos y estudiosos del tema que prefieren utilizar otros términos para no causar el rechazo que puede suponer el empleo de la palabra convencional, como digo, absolutamente desvirtuada. El psicólogo inglés, experto en psicopatía, Steve Taylor, profesor de Psicología en la Universidad de Manchester, lleva años estudiando, desde la perspectiva psicológica, a los líderes políticos. En mayo de 2023 salió en España su último libro, que lleva por título Desconectados. Las raíces de la crueldad humana y cómo la conexión puede salvar el mundo (Ed. La llave, 2023).
Este libro me parece interesantísimo para entender bien la relación entre la maldad humana extrema y todas sus herramientas, que es la psicopatía, con ámbitos políticos, específicamente con las derechas, que, obviamente, profesan una ideología contraria a la empatía, al bien común y a la justicia social, centrándose en la defensa de los intereses de las clases sociales y de los grupos de poder dominantes, a quienes representan.
En su obra, el psicólogo inglés explica muy bien cómo la empatía se define como la conexión emocional y psicológica con el otro, especialmente el sentir como se siente el otro; y es un rasgo del que carecen absolutamente los psicópatas, sociópatas y narcisistas, carecen de conexión emocional con los otros, y por eso les denomina “desconectados”. Ellos, los desconectados, tienen un fortísimo impulso de tener poder y riqueza, es decir, son arribistas, controladores y, al carecer de empatía, no les importa nada hacer daño o destruir a los otros. Dice Steve Taylor que es por ese impulso que en la política se encuentran más “desconectados” que en la vida cotidiana; y tienen ese impulso para llenar el vacío que llevan dentro. Es el vacío emocional y afectivo. Carecen de emociones que no tengan que ver consigo mismos, con su propio ego. Si nos ponemos en su lugar, es horrible ser incapaces de sentir compasión, empatía, solidaridad y amor.
Habla Taylor sobre la relación estrecha y más que obvia entre psicopatía y crueldad. Lógicamente, quien es incapaz de ponerse en la piel del otro, no siente nada si el otro sufre. Más de veinte mil niños, entre ellos muchos bebés de menos de un año, están siendo asesinados en Gaza. En España la derecha feliz de que así sea, o, como poco, defiende a los genocidas. Y se autodenominan “provida”. Sólo la ausencia total de empatía y de conciencia puede hacer posible esa posición tan terrible ante una realidad que es monstruosa. Se trata de pura maldad ¿Quiénes son los psicópatas?
Es una lástima que muchos analistas, politólogos y comentaristas no tengan nociones de Psicología para percibir con claridad la relación entre psicopatía y maldad humana, que se hace bien efectiva en algunos contextos políticos (cualquier dictadura, totalitarismo o fascismo). Y es una lástima que no tenga esas nociones cualquier ciudadano para saber identificarla. Aunque todo esto ya estaba estudiado y escrito; por ejemplo, el pensador y filósofo italiano Norberto Bobbio decía literalmente: “El fascista habla todo el tiempo de corrupción. Lo hacía en Italia en 1922, en Alemania en 1933 y en Brasil en 1964. Acusa, insulta, agrede como si él fuera honesto. Pero el fascista es sólo un criminal, un sociópata que ansía una carrera política. En el poder no vacila en torturar, robar sus pertenencias y sus derechos. Más que corrupción, el fascista practica la maldad”.
Coral Bravo es Doctora en Filología