La Cumbre de Chile en Madrid avanza hacia una nueva decepción ante la situación de emergencia climática a la que nos enfrentamos. La falta de ambición de los políticos contrasta con el auge de la conciencia ambiental entre los ciudadanos, que son quienes están liderando la respuesta ante la grave amenaza del cambio climático.

Para la organización ecologista Ecologistas en Acción, cuando se acerca la fase final del encuentro la mayoría de los frentes siguen abiertos y no hay ningún resultado de especial relevancia. Los temas más importantes han quedado pospuestos para su discusión en la próxima cumbre, la COP26 que se celebrará en noviembre del año próximo en Glasgow, mientras que algunos de los puntos relacionados con la puesta en marcha del Acuerdo de París siguen sin consenso.

Según Ecologistas en Acción entre los temas que se han aplazado destacan las cuestiones relacionadas con la adaptación, ya que muchos de los países asistentes a la cumbre se han presentado sin sus planes hechos, lo que impide la adopción de acuerdos globales.

Seguimos en un mundo a dos velocidades ante la urgencia de la crisis climática: la de los países más decididos a plantarle cara con medidas ambiciosas y propuestas concretas, con la UE al frente, y la de los países que siguen mostrándose reticentes a medidas más drásticas para reducir las emisiones de CO2 porque ello reduciría su capacidad de desarrollo.

Los ecologistas lamentan que el importante papel de la agricultura en el cambio climático haya quedado igualmente fuera de las negociaciones de la cumbre, a pesar de la relevancia que tiene este sector para muchas de las economías mundiales y para el equilibrio de los ecosistemas. Conviene recordar que según el informe especial sobre cambio climático y tierra del Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático (IPCC) casi una cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero asociados a la actividad humana provienen de la agricultura.

Tampoco se ha conseguido llegar a un acuerdo sobre cómo controlar las emisiones asociadas al transporte marítimo y aéreo: los dos únicos sectores que siguen sin tener marcados unos objetivos concretos de reducción de emisiones. A este respecto Ecologistas en Acción denuncia que la aviación es, con diferencia, el medio de transporte que genera más emisiones por pasajero, mientras que las emisiones del transporte marítimo europeo rondan ya los ciento cuarenta millones de toneladas.

Llegamos a la fase de discusión política sin que muchos documentos hayan superado la fase técnica, muchos de ellos relacionados con los aspectos prioritarios que debía asumir esta Cumbre. En alguno de los casos la falta de un texto de los órganos técnicos esta llevando a la presidencia de la COP, liderada por la ministra chilena de medio ambiente Carolina Schmidzt, a improvisar una propuesta de acuerdo que pueda alcanzar el consenso con el que salvar los papeles.   

Con todo, el mayor de los bloqueos sigue estando en los mecanismos de cooperación entre los distintos países para alcanzar una meta común en la reducción de emisiones. Los textos que se han ido elaborando hasta han sido rechazados por la mayoría de las partes, lo que hace que las expectativas de alcanzar un acuerdo al respecto de una cuestión tan transcendente sean muy pobres.

Para Ecologistas en Acción uno los aspectos más preocupantes es la falta de decisión para acatar las medidas de financiación que recoge el Acuerdo de París y que ya deberían estar en marcha. Por el contrario, la Cumbre de Madrid podría cerrarse sin lograr un compromiso para que los países más desarrollados aporten los fondos suficientes al Fondo Verde para el Clima, el mecanismo para ayudar a los países en vías de desarrollo a adaptarse al cambio climático y hacer frente a las pérdidas y los daños relacionados con sus efectos adversos.

Esta falta de compromiso hace que los países menos desarrollados y más afectados por la crisis climática estén perdiendo su confianza en este tipo de cumbres. Unos recelos que podrían llevarlos a bloquear las negociaciones para un acuerdo final sí no se atienden sus demandas de financiación, unas demandas que llevan varias cumbres en discusión. Por todo ello la Cumbre de Chile que se está celebrando en Madrid amenaza con generar más decepción que esperanza.