Afortunadamente la Familia Real tiene por costumbre dar permiso al servicio para que cenen con sus familias, por lo tanto el encuentro será en la intimidad. Entre lombarda y besugo es posible que no se hable mucho del tema pero el aire será irrespirable.

Muchos ciudadanos españoles y en muchas ocasiones hemos pedido que las cuentas de la Casa Real fuesen transparentes. Ya sabemos que las aprueba el Parlamento y que este año sus ingresos estaban congelados en lugar de haber sufrido un recorte como el resto de los ciudadanos. Pero cuando hablamos de transparencia no nos referimos sólo a los Reyes o a los Príncipes de Asturias, sino también a sus hijas, yernos, cuñados y demás.

Los presuntos negocios de miembros de la Casa Real siempre han existido a nivel de rumor. Todo el mundo hablaba de ello pero nadie se atrevía a afirmar nada. Siempre había hombres de confianza por medio, primero Prado y  Colón de Carvajal y desde 1993  el abogado José M Romero, conde de Fontao y marqués de San Saturnino.

El Rey ha recurrido a éste último  para que aconseje a su yerno lo que es mejor para que su caso no afecte a la Monarquía. Paralelamente Iñaqui Urdangarin seguirá siendo asesorado por el conocido ex magistrado del Tribunal Supremo y ex vocal del Consejo General del Poder Judicial,  el ultraconservador Adolfo Prego, hermano de la periodista  Victoria Prego, subdirectora  de El Mundo.

Sin lugar a dudas en  la Casa Real deben estar muy preocupados  y con razón ¿pero es que no se habían dado cuenta del nivel de vida que llevaba su hija Cristina y su marido? ¿No se enteraron por los medios de comunicación lo que les costó la casa comprada en  el barrio de Pedralbes de Barcelona? Nos consta a través de los fotógrafos que tanto los Príncipes como el resto de la familia los visitaban asiduamente, la Reina acudía a los cumpleaños de sus nietos e incluso el propio Urdangarin fue el que se encargó de comprar la alianza de compromiso de la periodista Leticia Ortiz.

¿Qué va a pasar con García Revenga? Este señor, secretario de las dos infantas, remunerado mensualmente por la Casa Real, o sea por todos nosotros figura  en el staff de alguna de las empresas, aunque según los informes publicados por El País no tenía una implicación en la gestión diaria.

¿Y nadie preguntó?, ¿nadie le dio una recomendación, un aviso?, ¿tampoco su padre Juan María Urdangarin Berriotxo, ingeniero industrial  y ex presidente de la Caja Vital?

Todos vieron como vivía la familia Urdangarin- Borbón y presuntamente todos miraron hacia el otro lado. Me resulta extraño que no conociesen sus devaneos con el presidente Matas, con el president  Camps  o con la alcaldesa Rita Barberá.

Y lo que es peor, ¿nadie sabía que dos nietos del Rey eran accionistas de una empresa? El diario Levante de Valencia afirmaba esta semana que “Entre las ocho mercantiles en las que Iñaki Urdangarín ha participado  está la sociedad patrimonial Namaste 97, una SL creada el 1 de enero de 2002 y actualmente extinguida. Entre los accionistas de esa firma estaban los dos hijos mayores de los Duques de Palma: Juan Urdangarin de Borbón y Pablo Nicolás Urdangarin de Borbón, nacidos en 1999 y 2000 respectivamente,  según el Boletín Oficial del Registro Mercantil”.

Las informaciones de Hacienda, publicadas por el diario Público, nos dicen que el holding que crearon Urdangarin y su socio facturó más de 16 millones de euros a 103 entidades públicas y privadas en nueve años. El 40 % de ese dinero era público y provenía básicamente de Valencia y Palma. Pero el sector privado, que es muy libre de mantener a quien quiera, eso sí pagando sus impuestos, también han entregado, presuntamente y basándonos en el informe de Hacienda, grandes beneficios al yerno del Rey.

La Casa Real guarda silencio, ha enviado a José Manuel Romero, ha movido a todo su entorno, se ha reunido con el implicado  y me imagino que deben haber sentido  mucho bochorno.  A cualquier ciudadano se le caería la cara de vergüenza  tener que dar la mano a conocidos empresarios del país que, al parecer, pagan informes a tu familiar, que quizás no se han hecho o se han copiado de internet, y tener que poner cara de que eso no va con ellos.

Pero mientras la familia real cene en la Zarzuela tensamente, el juez José Castro de Palma de Mallorca seguirá estudiando informes de Hacienda (los conocidos y otras líneas de investigación que se han abierto recientemente) para poder comenzar a actuar en enero.

Y a partir de ahí todo es una incógnita. ¿Cómo va a reaccionar la Casa Real? ¿Qué papel va a jugar la infanta Cristina? ¿Tendrán que dejar Washington? De momento están fuera de todo acto oficial.

Y por otra parte ¿qué va a hacer el Gobierno de Rajoy a través del Fiscal General del Estado (que cambiará próximamente)?

Quizás sea el momento de recurrir a la frase: “Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo”. Pero ya se podían imaginar  que a la corta o a la larga  alguien se iba a ir de la lengua. Y ahora,  ¡qué extraña casualidad!  El caso Urdangarin invade todas las conversaciones y tertulias, justo cuando  Camps está a punto de ser juzgado por sus famosos trajes y Matas tiene sus asuntos judiciales más que complicados.

¿Son muchas las incógnitas que quedan en el aire? Pero  de repente  volvió a aparecer un yernísimo como aquel que conocimos en la época de Franco. Acuérdense del cirujano Martinez Bordiú…

Mercè Rivas Torres es periodista y escritora