Otro 25 de noviembre que nos trae el recuerdo de las víctimas y la rabia por la terrible lacra que es la violencia de género. Este año ya llevamos en España 45 asesinatos como consecuencia del terrorismo machista, a razón que casi una muerte por semana. Si se tratara de otro tipo de terrorismo, estaríamos escandalizados. No podemos dejar que la sociedad se inmunice ante esta barbarie, que anide la resignación y la sensación de que nada se puede hacer este fenómeno deleznable, que no exclusivo de nuestro país. Por ejemplo, en Reino Unido ya llevan contabilizadas 88 víctimas en 2013. Unas cifras insoportables que nos obliga a no bajar la guardia y a redoblar el esfuerzo desde las administraciones para combatir la violencia de género.

En Andalucía, la Junta aumenta un 2% los presupuestos de prevención para el próximo ejercicio. Lamentablemente, el Gobierno de la nación reducirá la inversión en este capítulo el año que viene en casi un 2%. Desde que Mariano Rajoy llegó al poder ha descendido en un 28% los fondos destinados a estas políticas. La crisis no puede ser la coartada para hacer recortes en un asunto tan sensible. Máxime cuando todos los estudios arrojan datos preocupantes sobre un rebrote de actitudes machistas, especialmente entre los jóvenes.

Un reciente informe de propio Ejecutivo central, en concreto de la Delegación para la Violencia de Género, refleja que seis de cada diez chicas reciben mensajes con insultos por parte de su entorno, sus novios, ex parejas y amigos de su pandilla. El 10% dice que esos mensajes les ha hecho sentir miedo. El acoso a través de nuevas fórmulas de comunicación (sms, whatsapp o redes sociales) constituye un síntoma peligros de conducta machista que hay que cortar de raíz. Se empieza por la pérdida del respeto, se continúa por el control sobre la ropa o el maquillaje y se concluye con el maltrato físico y/o psicológico. Con estos datos resulta evidente que las administraciones no pueden dar ni un paso atrás. Luego puede ser demasiado tarde.

 

* Miguel Ángel Vázquez es periodista y portavoz del Gobierno andaluz