En las heladerías Mamá Elba, ubicadas en las madrileñas calles Cea Bermúdez y Ruda, el producto es toda una declaración de intenciones: sus más de cincuenta sabores, servidos en cucurucho o en vasito, se elaboran de forma artesanal en pequeños obradores, con ingredientes y productos cien por cien naturales y de forma respetuosa con el medio ambiente. Fue en 2016 cuando sus socios, Rafael y Elba, emprendieron esta dulce aventura, y han causado sensación también con sus cafés, tés, batidos, smoothies, granizados, horchatas y repostería, además de sus cálidos locales, decorados en tonos madera y con estética muy instagrameable. Detrás de la decoración (y de otras cosas) está la propia Elba. Hablamos con ella.

¿Cómo y por qué nació Mamá Elba? Mamá Elba ha nacido un 16 de marzo de 2016 en Madrid. Como muchas otras cosas en la vida ha sido el azar el que jugó un papel importante. Rafael, uno de los socios, siempre ha deseado tener un local que tuviese que ver con la restauración y Elba, que siempre se había dedicado a trabajar en diferentes medios de comunicación, se había quedado en el paro… así que estaba buscando nuevas oportunidades de trabajo. Apareció una heladería que se traspasaba en la calle Cea Bermúdez y de ahí nació Mamá Elba.

¿Por qué nos gustan tanto los helados? Bueno, siempre he pensado que en España no hay una gran tradición de helados y siempre los hemos relacionado con el verano, vacaciones, calor, playa… Quizás por ello los deseábamos tanto, porque los asociábamos a algo lúdico. Creo que esto está cambiando, ahora ya nos apetece tomar helado todo el año. Somos más exigentes a la hora de tomarlos. Queremos que tenga un buen sabor, que sea cremoso, que se derrita en la boca sin provocar dentera… También exigimos que sea lo más natural posible y que no lleve muchos azúcares. Buscamos buenos helados que nos produzcan placer al tomarlos.

¿Cómo se preparó para dedicarse al sector? Pues leyendo mucho, buscando información en buenos heladeros, visitando fábricas de helados… Todo lo que se me ocurría que pudiese interesar lo buscaba.

¿Qué caracteriza a los helados de Mamá Elba? Sobre todo, es un buen producto hecho en obradores pequeños, donde se cuida no solo la elaboración, sino también el medio ambiente y las materias primas.

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Todos sus helados son artesanos. Todos los helados que tenemos son elaborados de forma artesanal. No tenemos helados de grandes industrias. Los helados artesanos, digamos tradicionales, son de Tucán, un pequeño obrador que hay a las afueras de Madrid. Los elabora un chico joven, argentino e hijo de italianos que llegaron a tener más de 300 heladerías en Argentina. Él se crió entre helados, viene de una familia de heladeros de toda la vida que desde Argentina se instalaron en Madrid.

¿Cuáles son sus sabores best sellers? Uno de los que más se vende es el dulce de leche, la verdad es que es muy rico. También salen muy bien el Mamá Elba, que es un helado de chocolate con ron y whisky, y de frutas el de mango, frambuesa y naranja. La naranja sanguina encanta. El de Maracuyá, el de plátano con dulce de leche, el de kinder, el de oreo, el de yogurt… Todos están tan buenos que es difícil decir solo dos o tres.

¿Y su preferido? Uff me da hasta vergüenza decirlo, las chicas y chicos que atienden las heladerías me llaman antigua, pero me encanta el Tutti-Frutti.

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En la carta de Mamá Elba también hay helados Bio, que encargan en The Bio-Factory: helados veganos y sin gluten, incluso el barquillo. Yo estoy muy orgullosa de estos helados. Lo cierto es que nos ha costado encontrar unos buenos helados bio. Buscamos mucho y los encontramos en A Coruña, mira qué casualidad: yo soy gallega. Bio-Factory realmente son dos amigos que empezaron hasta pelando ellos mismos la fruta para hacer unos helados totalmente naturales. Quien los prueba, se derrite con ellos. Y cada vez tenemos más demanda de estos tipos de helados por las intolerancias varias. Y también porque cada vez queremos productos lo más naturales posibles. Como hechos en casa. Son helados con un mayor coste de elaboración, pero mantenemos el mismo precio de venta que los helados artesanos normales. Y por último tenemos los helados de Palacio, estos son sin azúcar y aptos para diabéticos. A este proveedor también le pedimos algunos de los sabores de frutas que están exquisitos y algún que otro sabor raro, como el de helado de remolacha. Óscar Palacio ha llevado el premio al mejor heladero de España hace dos o tres años.

También tienen tartas, bizcochos y tés. ¿Qué los caracteriza? Pues como todo en Mamá Elba, buscamos lo más natural y sabroso. No nos gustan los sabores disfrazados. Empezamos trabajando con Un Bizcocho para Teo, sus brownies y bizcochos son lo más. Como no descansamos en la búsqueda de productos diferentes, nos tropezamos con Miriam de Sweet36. Ahí encontramos unas tartas tan especiales que las queríamos tener en Mamá Elba. Tartas sin gluten, tartas veganas, galletas veganas. Tartas sin azúcar… en fin, todo un abanico de posibilidades. Ah, y bizcochos un tanto especiales como el chía y limón, por ejemplo. También hemos contactado con los distribuidores de la llamada Mejor Tarta de Chocolate del Mundo. Es una tarta de origen portugués de chocolate súper rica y también sin gluten, o sea, apta para celiacos. Y en Granada encontramos la Tarta de la madre de Cris. Es una tarta de queso que nos llega congelada y que está riquísima. tendréis que probarla. Nuestra selección de tés la hemos confiado a Julián que tiene una tienda de tés en Malasaña. Y los cafés se los confiamos a Baqué, tenemos en la misma calle de la Ruda un establecimiento especialista en cafés y no es cuestión de hacer sombra a nadie. El chocolate es italiano y el distribuidor de Pontevedra. Los gofres y crepes vienen de Manneken Pis una marca tradicional y que hace los mejores gofres con la receta original belga. Tenemos un buen café, y una carta de cafés, pero a los muy cafeteros los mandamos a Ruda Café… Siempre decimos que Mamá Elba no es sólo helados, hay muchas cosas muy ricas, por eso abrimos todo el año.

En general, ¿cuál es el retrato robot del cliente de Mamá Elba? Es muy variado y depende de las horas. En la tienda de la calle Cea Bermúdez es muy de familias con niños, y gente más mayor. También hay gente joven de los colegios mayores que hay por cerca y jóvenes de los programas de intercambios de universidades. En Ruda el público es mucho joven, artistas, actores, también jóvenes con niños… Variadito, un poco de todo.

¿Han notado mucha demanda entre los grupos de celíacos y diabéticos? La verdad es que sí. Nos encanta tener un helado sin gluten y vegano de chocolate, por ejemplo. No sabes la cara de felicidad que se le pone a ese niño alérgico a la lactosa y que se puede tomar un helado de chocolate. Hay demanda, y además tenemos una amplia carta de sabores. Siempre aclaramos que nuestras tiendas no son tiendas para celiacos o diabéticos, puede haber contaminación cruzada aunque somos muy cuidadosos y procuramos tener utensilios que sólo utilizamos con ese tipo de productos. Siempre hay que diferenciar lo que es una intolerancia de lo que es una alergia seria. 

¿Cómo es vuestro compromiso con el medio ambiente? Siempre hemos intentado ser respetuosos con nuestro planeta escapando del plástico, aunque es algo bastante difícil. Ahora, con el coronavirus, pues mucho más difícil. Desde el primer momento hemos buscado envases, cucharillas y otros materiales que, o bien sea de madera, o bien biodegradables. No ha sido fácil, pero poco a poco lo estábamos consiguiendo. Utilizamos siempre que podemos envases de cristal para llevar nuestros productos líquidos y premiamos con un descuento de 0,50€ al que traiga nuestro botella de cristal para llevar más producto. Esto lo hacemos con los granizados, horchata y chocolate en invierno. Los envases de batidos y smoothies son biodegradables y los de café de cartón, así como todos los que tenemos para llevar tartas.

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¿Hay una nueva corriente consumidora a favor de lo artesanal? Sin duda, la gente cada vez se cuida más y mira más lo que come. Cada vez somos más exigentes. Que conste que eso a nosotros nos encanta, porque también nos hace estar siempre “poniéndonos las pilas”. También notamos que se da más valor a cuidar el planeta, hay gente que viene con sus envases de casa.

Están ubicados en zonas del centro de Madrid. ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene eso? Yo creo que todas son ventajas. Nos encanta el centro de Madrid, y muy especialmente el Madrid castizo. El inconveniente que a veces los repartidores protestan por los horarios, pero nosotros defendemos una ciudad más sana sin tanto tráfico. Somos más de andar.

¿Cómo les está afectando la crisis del coronavirus? Pues creo que como a todos… Mucho. Estuvimos cerrados hasta hace poco; aunque nosotros podríamos abrir, pero somos responsables y por nada del mundo queremos poner en riesgo la salud de nadie. Claro que nos afecta, nos pilla en la época en la que más trabajo habría, podríamos coger más personal… Pero tampoco nos rasgamos las vestiduras por ello. Habrá que adaptarse y sobre todo echarnos una mano entre nosotros. A ver si esto nos sirve para ser más solidarios con los que están al lado. Sufrimos no poder tocarnos y abrazarnos. Es un nuevo momento. Iremos viendo poco a poco.