En Estados Unidos nació como movimiento en los años 60, en la ola defensora de los derechos civiles. Pero hoy, la gordofobia, que podría definirse como el rechazo de quienes sufren exceso de peso y se alejan de patrones estéticos, aún persiste. Así lo denuncia Magdalena Piñeyro, fundadora de la plataforma "Stop Gordofobia", también filósofa, máster en políticas de igualdad y autora de 10 gritos contra la gordofobia (Ed. Vergara).

En declaraciones a Olga Fernández Barroso, de Agencia Efe, Piñeyro ha explicado que la sociedad desprecia a las personas gordas porque "las considera enfermas", utilizando el pretexto de la salud. Así, a menudo se difunde una visión “casi lastimera" de las personas gordas, formada de "una serie de prejuicios que giran sobre la salud, la moral y la estética", visión que acaba provocando su discriminación. Para conseguirlo, Piñeyro ha apostado por un enfoque íntimo en esta publicación.

A su juicio, "la salud justifica que digan que los cuerpos gordos son enfermos, la estética dictamina que son feos y existe un prejuicio moral que dice que los cuerpos gordos no son obedientes y tienden a la desmesura". Así, en su entrevista con Efe, la autora separa la gordura de la salud: "Yo planteo una ruptura en la que difundir hábitos de vida saludable no tenga que ver con estar gordo o delgado. Primero, porque estar gordo no siempre tiene que ver con tus hábitos de vida y, segundo, que no hay que motivar esos hábitos para adelgazar, sino para estar sana". Desde su punto de vista, "si una persona adopta hábitos saludables para adelgazar, pero no adelgaza, lo dejará todo automáticamente -argumenta- porque el motivo por el que lo hacía era el de adelgazar. Habría que cuidar el cuerpo porque es bueno y queremos estar bien, no con motivo del peso".

Piñeyro demanda "que dejen de decirnos ‘quiérete’ y empiecen a decirnos ‘te quiero", y se confiesa "escéptica" con las modelos curvi. "Cuando empezó el tema de las modelos curvi nos dio la sensación de que se propagaba una nueva norma que nos volvía a excluir, en la medida que esa modelo curvi era una chica joven, de curvas proporcionadas, maquillada, complaciente y simpática", explica.