Vivimos una época de incertidumbre. El advenimiento de los robots y la inteligencia artificial está haciendo que muchos se preocupen por su futuro laboral y la posibilidad de ser sustituido por una máquina. Si los políticos se creían a salvo de esta ola, una vez más se equivocan. En Tama, una ciudad de Japón, un candidato sintético se presentó a las elecciones a la alcaldía. 

"La IA a la política"

Estaba claro que algo así surgiría en el país nipón, en el que la robotización del trabajo está alcanzando cotas increíbles. En esa línea es en la que se apoyó el candidato Machida Matsuda. Su programa tenía un solo punto: gobernaría bajo los dictados de un robot provisto de inteligencia artificial. Si tan bien estaba funcionando en otros campos, ¿por qué no aplicarlo a la gobernanza?

Y ahí se lanzó a una campaña electoral en la que el tradicional cartel con el candidato maquillado, fue sustituido por una sugerente robot y el eslogan “La IA a la política”. Claro, directo, descriptivo. 

Pobres resultados

Matsuda está convencido de que las nuevas tecnologías pueden resolver muchos de los problemas de las grandes ciudades. La gestión de residuos, la optimización del transporte o la accesibilidad para discapacitados o personas mayores.  También aseguraba que sería más sencilla la resolución de conflictos al aplicarse exclusivamente criterios matemáticos desprovistos de las complicaciones que da la conciencia o los sentimientos.

Por desgracia para el señor Matsuda, los conciudadanos de Tama, una localidad al oeste de Tokio, no pensaron lo mismo. Al final, la propuesta cibernética quedó en tercer puesto con poco más de 4.000 votos. Aunque el candidato de carne y hueso achaca los pobres resultados a las fuerzas del establishment. Seguro que les suena la excusa. Nuevos tiempos y viejas formas.