Ya hemos contado en numerosas ocasiones la situación de las abejas en todo el planeta. Cómo los herbicidas e insecticidas está diezmando la especie a gran velocidad y poniendo en peligro el principal vector de polinización. Ahora tú puedes hacer algo por ayudar a estos beneficiosos insectos. 

En cualquier sitio

Se trata de plantar especies vegetales que contribuyan a la proliferación de las abejas. En nuestras terrazas, jardines, huertos o incluso en macetas en las ventanas podemos cultivar distintas plantas de las que se alimentan las abejas. Y así, con el grano de arena de cada uno, facilitar que resurjan. 

Siempre es buena opción apostar por angiospermas, que además de adornar el jardín y llenarlo de color, atraerán a estos insectos en busca de polen. Rosas, geranios, hibiscos, margaritas, pensamientos. La mayoría de las flores son ideales. 

Pero aunque no sea del todo conocido, no solo las flores sirven. Las plantas autóctonas de cada zona son otra buena opción. Los enjambres se especializan en las tipos de plantas más comunes en un área. Si plantamos algunas en nuestras casas, está garantizado que las abejas se aprovecharán de ello. 

Hierbas triple acción

También las hierbas aromáticas entran en el especto de plantas afines a las abejas. Y además cumplen una triple función. Romero, salvia, tomillo, albahaca o menta aportarán sus olores a nuestro pequeño huerto, podremos utilizarlas para cocinar y, de paso, contribuiremos a aumentar el número de abejas en nuestro entorno. 

Y por supuesto, los frutales. Las pequeñas flores y los posteriores frutos se convierten en un espacio predilecto de los himenópteros. Manzanos, almendros o moreras son una opción perfecta, sobre todo cuando se dispone de más espacio y se pueden agarrar al suelo.