La última ha sido Berta Cáceres, una ganadora del Goldman Prize (conocido como el Nobel Verde) y defensora de los indígenas asesinada el pasado marzo cerca de Tegucigalpa (capital de Honduras). Pero, según ha difundido esta semana el grupo defensor de los derechos humanos PAN Asia Pacific (PANAP) en un informe, el suyo fue el asesinato número 185 de los cometidos en 2016 contra defensores del medio ambiente, lo que supone una media de 16 activistas verdes asesinados cada mes.
La cifra de asesinados, además, sufre un ascenso galopante. Nada menos que el triple de asesinatos se cometieron en 2016 respecto a 2015, año en que hubo 61 medioambientalistas fallecidos. “Los derechos colectivos de las personas de poseer y controlar sus tierras, sus recursos y sus necesidades culturales son fuertemente violados por corporaciones y gobiernos”, asegura Sarojeni Rengam, el director ejecutivo de PANAP, en el texto que publica los mencionados datos.
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