Los refugiados siguen muriendo por decenas, ahogados en el Mediterráneo, y ante la cerrazón de las instituciones y gobiernos europeos, proliferan asociaciones ciudadanas ingeniándoselas para socorrerlos. Entre ellas, Pilotos Voluntarios, una ONG de origen francés (la fundaron José Benavente y Benoît Micolon) que trabaja apoyándose en las Convenciones Internacionales vigentes que rigen sobre el derecho del mar, y “en el respeto por los derechos humanos y la dignidad, independientemente de la nacionalidad, origen, afiliación social, religiosa, política o étnica”, expresa en su página web la asociación, que no tiene ánimo de lucro, y que financian donaciones privadas, aunque inicialmente obtuvo una inversión de 130.000 euros de los dos pilotos impulsores de la iniciativa.

Con sus patrullas aéreas, estos pilotos persiguen ayudar a “hombres, mujeres o niños exiliados que terminan en peligro de muerte mientras cruzan el Mediterráneo”. La idea es patrullar en zonas como la costa de Libia, para localizar embarcaciones a la deriva, y rescatar a quienes vayan a bordo. “Desde el cielo, el campo de visión ampliado y la velocidad (10 veces la de un barco) permitirán cubrir una zona de búsqueda extendida”, explican en su web. “Para llevar a cabo estas misiones de sobrevuelo, ya hemos adquirido una aeronave. Por el momento, está siendo objeto de modificaciones para aumentar su autonomía inicial y poder patrullar el mayor tiempo posible sin hacer escala. Estamos planeando misiones de unas cinco horas en la zona, pero si nuestros fondos lo permiten, quisiéramos aumentar estos períodos de búsqueda a ocho horas al día lo antes posible”, relatan.

Coordinan sus operaciones con las de salvamento marítimo existente, hoy coordinadas por el MRCC (Centro de Coordinación de Rescate Marítimo), con sede en Italia. “Asistir a cualquier persona que se encuentre en peligro en el mar’ es una obligación en virtud de la Convención sobre el Derecho del Mar firmada en Montego Bay en diciembre de 1982 (artículo 98)”, defienden en su site.

Pilotos Voluntarios no es la única ONG que trata de abordar el drama de los refugiados desde las alturas, ya en 2017 comenzó su actividad la ONG alemana Sea-Watch, que desde Malta también y a bordo de un pequeño avión también vela por la vida de quienes escapan del horror de sus países a la deriva en el mar. También organizaciones, como Wings of Rescue, que aprovechan la perspectiva aérea para buscar y salvar la vida de perros.