Vuelve Piratas del Caribe a la marejada de la cartelera de cine con su quinta entrega, La venganza de Salazar). Y lo ha hecho envuelto en polémica: la asociación People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) ha presentado una queja ante Disney, y el director Jerry Bruckheimer, tras conocer los problemas con el mono Jack, compañero del Capitán Barbossa, durante el rodaje de la película. Y es que, según asegura PETA, el mono actor se pasó gran parte del rodaje enfermo. Se basa en las declaraciones a los medios de la actriz Kaya Scodelario, en as que aseguró que el animal estuvo vomitando todo el tiempo. La solución que propone PETA pasa por utilizar un tipo de imágenes manejado por muchos cienastas: CGI (Imágenes Generadas por Ordenador, según sus siglas en inglés) para reproducir animales salvajes en la gran pantalla. Ello permitiría acabar con los malos tratos a los animales. PETA recuerda, por ejemplo, que los monos capuchinos como Jack tienen necesidades físicas y psicológicas muy complejas que normalmente no pueden ser atendidas durante los rodajes.

Un maltrato que se repite

La ONG ya había escrito a Bruckheimer en 2015, cuando un mono mordió a una maquilladora en otra película de la saga. Y es que PETA ha acusado a la empresa proveedora de animales para esta película, Avian Entertainment, de violar en varias ocasiones la Ley de Bienestar Animal, que describe con claridad las líneas básicas que se deben seguir para tratar animales en espectáculos. Por el momento, Disney no ha entrado en la polémica.