Tzigane es un joven león blanco que llegó con apenas cinco meses de vida al centro AAP Primadomus, en Villena (Alicante), después de ser rescatado con su familia de un circo en Francia en diciembre del pasado año. Su llegada activó de inmediato un seguimiento veterinario estrecho debido a varios signos que despertaron preocupación en los especialistas.
Los profesionales observaron desde el principio una oreja caída y una respiración irregular, especialmente cuando el animal realizaba actividad física. Las primeras pruebas confirmaron deformaciones en su columna y caja torácica, así como un soplo cardíaco de grado II-III. Además, presentaba niveles muy bajos de vitamina A, lo que motivó un tratamiento específico.
Pruebas médicas clave para su evolución
En las últimas semanas, Tzigane ha sido sometido a un TAC y a un ecocardiograma en un hospital veterinario de Elche para valorar el avance de su estado de salud. Para evitar una nueva sedación, sus cuidadores lo entrenaron para introducirse por voluntad propia en la caja de transporte. Así se garantizó un traslado tranquilo y seguro.
El ecocardiograma aportó noticias positivas. Los especialistas comprobaron que su corazón “está en mejor estado de lo esperado” y que el soplo “se considera inocente, sin implicaciones graves”. Esto permitió retirar la medicación que tomaba desde su llegada.
El TAC, sin embargo, confirmó una “desviación significativa” en su columna, probablemente de origen congénito. Esta condición ha generado una malformación en la caja torácica y ha reducido el espacio pulmonar del lado derecho. También se detectó un engrosamiento en los huesos del cráneo que ejerce presión sobre el encéfalo, aunque actualmente no afecta a su comportamiento.
Actividad normal y seguimiento constante
Pese a las alteraciones físicas, la evolución de Tzigane es estable. Según AAP Primadomus, a lo largo de estos meses ha demostrado ser un animal activo y curioso, aunque su desarrollo físico ha ido algo más lento que el de sus hermanos.
Salvador Marín, veterinario del centro, explica que “a pesar de sus condiciones, Tzigane demuestra cada día su vitalidad. Es un animal joven y no hay signos de dolor ni presenta dificultades en su día a día. Aun así, seguiremos muy atentos a su evolución y crecimiento, para ver la evolución de estas lesiones y garantizarle una vida plena y saludable”.
En el centro convive con sus hermanos y hermanas y con sus madres, Jaia y Rubine. Come bien, se mueve con agilidad y, según el equipo de veterinarios y especialistas en comportamiento, “se encuentra estable y lleva una vida normal”. Aun así, deberá acudir cada año a revisiones para vigilar la evolución de sus malformaciones y salud general.
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