Las mujeres son especialmente vulnerables a los conflictos. Abusos sexuales, largas caminatas en busca de comida, robos, la lactancia afectada... Acción contra el Hambre lo viene denunciando. “Atender a las mujeres y respetar los roles de género es fundamental para reducir el impacto en estas emergencias donde hay desplazamientos masivos. Si logramos salvar las dificultades logísticas y de seguridad, estaremos salvando a las mujeres de exponerse a riesgos innecesarios”, señala la ONG en su web, fijándose como objetivo clave en sus intervenciones humanitarias incluir siempre el enfoque de género. La organización presta especial atención a:
  • Nigeria. Solo en el estado de Borno el 31% de las familias desplazadas incluye mujeres y niñas que necesitan protección. El secuestro y la explotación sexual son habituales.  Soldados y oficiales de los campos de refugiados abusan de su autoridad para obtener sexo a cambio de falsas promesas de matrimonio, comida, dinero u otro tipo de apoyo. Las sospechosas de haber tenido algún tipo de relación con Boko Haram, voluntaria o forzosamente, son marginadas, tanto ellas como sus hijos.
  • Sudán del Sur. Uno de cada cinco casos de violencia de género incluye violencia sexual, perpetrada principalmente por agentes armados. Pero la violencia contra las mujeres es más amplia y abarca la falta de acceso a atención médica, el matrimonio infantil o la interrupción de su educación. 339.000 mujeres embarazadas o lactantes sufren desnutrición aguda y necesitan ayuda urgente.
  • Somalia. El conflicto armado prolongado en el tiempo está causando daños psicológicos. En las mujeres, el estrés emocional tiene consecuencias muy negativas en el cuidado de los hijos aumentando los niveles de desnutrición infantil, que hoy padecen 363.000 niños y niñas.