Es una pregunta lícita. ¿Para qué demonios vamos al espacio? Sí, existe el argumento romántico de que está en la naturaleza humana la exploración, traspasar siempre las fronteras. Pero en un mundo materialista como este, son necesarios argumentos más sólidos. Sólidos en el sentido de tangibles. Y sí, los hay: inventos que se crearon para la exploración espacial o se han testado más allá de nuestra atmósfera.

Para que no pases frío

Parte de la ropa que te pones en un frío día de invierno tiene su origen en investigaciones encaminadas a proteger a los cosmonautas. Las bajísimas temperaturas del espacio exterior y la actividad de las misiones obligó a diseñar tejidos resistentes, pero ligeros y flexibles.Otro ejemplo. El foam, la espuma que recubre cascos de deportistas como los ciclistas es producto de la necesidad de crear un material que protegiera la cabeza de los astronautas frente a las fuertes aceleraciones y traqueteo de las cápsulas espaciales.

Bueno para el corazón

Menos frecuente pero más importante es el diseño de las bombas cardiacas que mantienen con vida a los enfermos de corazón. Son sistemas vitales cuando el órgano no funciona y hasta que llega un trasplante. Es difícil imaginarlo, pero el predecesor de este sistema son las bombas que suministraban combustible a aquellos transbordadores que revolucionaron la carrera espacial en los ochenta.La alimentación de los astronautas es un quebradero de cabeza para los ingenieros. Poco espacio disponible, imposibilidad de cocinar y altas necesidades de nutrientes. Sin duda grandes retos. La solución fue obtener un compuesto similar a la leche humana. En su valor nutricional claro. Para ello se creó un compuesto a base de algas. Curiosamente, este mismo compuesto se utiliza ahora en prácticamente todos los preparados de continuación para bebés.

Estrellas y bebés

Más curioso es el origen de otro elemento vital relacionado con los bebés. El termómetro de oído con el que se obtiene la temperatura corporal en segundos. Y sin las molestias y el componente tóxico de aquellos termómetros de cristal y mercurio. El origen es nada menos que una adaptación doméstica del sistema que la NASA diseñó para medir la temperatura de las estrellas. El fundamento es capturar la radiación infrarroja que todos los cuerpos emanan. Las estrellas y los humanos incluidos. Y traducir la cantidad de radiación en la temperatura correspondiente.Más de 30.000 objetos de uso más o menos cotidianos tienen su origen en investigaciones relacionadas con el espacio. Dispositivos inalámbricos, sistemas de purificación del agua, desarrollos digitales, elementos aeronáuticos. Buenos motivos para explicarnos por qué vamos al espacio.