La Fundación Juegaterapia lleva once años utilizando los juegos para evitar el dolor de la quimioterapia en los niños. Algunos de sus logros se muestran en el documental llamado La Quimio Jugando Se Pasa Volando, que acaba de estrenarse.

La cinta, que narra Alejandro Sanz, incluye testimonios reales de niños y sus familias, que cuentan qué supuso para ellos el cáncer y aporta datos como que un 20% de los niños con leucemia pueden evitar someterse a tratamientos con morfina, o, según un estudio científico que ha llevado a cabo el Hospital La Paz de Madrid, jugar con videojuegos durante el tratamiento de quimioterapia hace que los niños sientan menos dolor, porque reduce la ansiedad que les produce estar hospitalizados.

Aprovechando el estreno, la fundación hace un llamamiento para que, tras las navidades, las familias donen las videoconsolas que se les hayan quedado antiguas. Otro de los objetivos es incluir los videojuegos en los hospitales para las terapias sanitarias como otro nuevo protocolo.

La iniciativa la encabezan el Franciso Reinoso-Barbero, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Infantil La Paz de Madrid, y Mario Alonso Puig, Patrono de Honor de la Fundación Juegaterapia.