Ir en bicicleta es sano, es bueno para el medioambiente, pero es mucho más. Es la posibilidad de descubrir lugares y sendas increíbles con la tranquilidad y el ritmo pausado que da ir a pedaladas. Y si existe un lugar perfecto para ellos es la Tierra Santa de los Ciclistas

Ese nombre no se refiere a ninguna peregrinación religiosa, al menos en el sentido clásico. Esa denominación describe al Shimanami Kaido, una ruta de Japón que quizá es la más espectacular del planeta. 

La ruta va desde la isla de Honshu a la de Shikoku. En total son más de 70 kilómetros que va conectando seis islas del mar interior de Seto. Toda la ruta está llena de lugares en los que pararse y admirar la naturaleza. Y también son frecuentes los servicios relacionados.


Perfectamente equipado

Hasta en 14 estaciones a lo largo de la senda se puede alquilar bicis, pararse a tomar algo e incluso existen varios campings en los que pernoctar para continuar el camino al día siguiente. Aunque muchos intentan realizar la ruta entera, que a un profesional le llevaría entre dos y tres horas, lo más frecuente es tomárselo como una especie de peregrinación por etapas. Los equipamientos son tan completos que incluso ofrecen la posibilidad de transportar el equipaje de los ciclistas de un punto a otro de la ruta. 

Durante el recorrido se suceden tramos sobre el mar, a través de largos puentes colgantes, y espacios verdes por los que la ruta serpentea rodeada de altos árboles. En las paradas se pueden admirar paisajes como el estrecho de Kurushima desde el observatorio de Kirosan, establecido sobre una colina de 400 metros.