La Junta de Castilla y León pondrá en marcha este año un proyecto de radiomarcaje del oso pardo. Forma parte de una estrategia para la conservación de esta especie en la Cordillera Cantábrica, y por ello se coordinará con el Principado de Asturias, donde se prevé que se desarrolle más adelante.

Servirá, al mismo tiempo, como investigación para identificar corredores ecológicos y analizar los efectos de nuevas actividades en el medio natural. Permitirá cuantificar la extensión y ubicación de las áreas de campeo de osos machos y hembras, y adultos y jóvenes. También se podrá estudiar sus movimientos a lo largo de la dispersión, para planear posibles corredores que faciliten la conexión entre poblaciones, o para identificar y tratar de limitar el efecto barrera de algunas infraestructuras, entre otras cosas.

Con los datos de 2018 y la media de los últimos 6 años se calcula que la población de oso pardo en la cordillera se sitúa entre los 230 y 270 animales, y de ellos, entre 190 y 230 corresponden a la subpoblación occidental. Además, entre 2000 y 2018 se confirmó la “consolidación de la población de hembras y esbardos”, con un pequeño incremento de la subpoblación occidental y un escenario demográfico mucho más incipiente, pero estable, en la oriental.