La pregunta no es ya qué saben nuestros amigos de nosotros a través de las cosas que compartimos en las redes sociales. Tampoco qué pueden saber los que no son nuestros amigos. Ahora la cuestión es qué pueden saber las propias redes sociales de la información que compartimos. Y de lo que no compartimos.

Anuncios relevantes

Hace unas semanas The Independent publicó un inquietante artículo. Se hacía eco el rotativo británico de la advertencia de Kelli Burns, profesora de Comunicación de Masas de la universidad de South Florida. Decía Burns que Facebook está escuchando sus conversaciones. Que la red social oye lo que hablamos por teléfono através de la funcionalidad de control de voz de la aplicación, que incorporó hace un tiempo y que, de momento, solo está disponible para usuarios de Estados Unidos. Y en función de esas escuchas nos ofrece anuncios. A Burns le asaltó la idea cuando vio en su perfil una serie de anuncios sospechosamente relacionados con conversaciones que acababa de mantener por teléfono. Anuncios relevantes, los llamaba Facebook. Y tan relevante, pensó Burns.

Facebook dice que no

Claro, Facebook ha corrido a negar las alegaciones de la profesora Burns. “Facebook no utiliza el micrófono del móvil para capturar conversaciones y ofrecer información publicitaria relacionada ni post en los feeds de los usuarios”.
Según los responsables de la red social, los anuncios relevantes se sirven en función de variables demográficas y clics que el usuarios hayan hecho, como likes y páginas a las sigue.
Cuando la funcionalidad de voz se incorporó a la app de Facebook para móviles, los responsables ya dijeron que no se grabaría ninguna conversación y que además, no está siempre activa. Y un último punto, muy frecuente en las aplicaciones, pero que a veces olvidamos. La app permite deshabilitar su acceso al micro del teléfono.