Es verano por estas latitudes. Casi todo el mundo está de vacaciones. A nadie le preocupa nada demasiado. Así que es el momento perfecto para estas noticias. O n o noticias para ser sincero. Pero vamos a comentarlo, no sea que luego se produzca y nos quedemos con cara de tontos. Cuando el Mundo se acabe.

Tras el eclipse

Eso es lo que dice el gran conspiranoico norteamericano David Meade. Según sus delirios, todo está relacionado con el eclipse solar del próximo 21 de agosto. Como si de un hechicero del medievo se tratara, Mease afirma que el eclipse será la señal de algo mucho peor. En su opinión, seguro que con una base científica absoluta, hay por el espacio un planeta errante. Lo llaman Nibiru. Ajeno a cuestiones tan banales como las fuerzas de la gravedad. Nibiru anda dando vueltas, excéntricas claro, por el Sistema Solar. Pues bien, resulta que el planeta está en ruta de colisión con la Tierra. Cuando pase el eclipse solar del 21, este cuerpo chocará con la Tierra en alguna zona cercana al Polo Sur.

Cálculos sobre la destrucción del mundo

La existencia de Nibiru fue primeramente descrita por Nancy Lieder en 1995. Sus observaciones se basaban en unos informadores de primera categoría. Según esta mujer, alteraciones en su cerebro le permitían hablar con extraterrestres. Sin duda en lo de las alteraciones cerebrales podemos estar de acuerdo. Después, el planeta loco se relacionó con la profecía maya. Seguro que recordéis. Aquella de que el mundo se acababa el 21 de diciembre de 2012. Como es palmario que aquello no sucedió, ahora los nuevos cálculos, tan precisos como los anteriores, fijan la nueva fecha para el 23 de septiembre de este año. Y para hacer estos nuevos cálculos, la clave ha estado en la Biblia, claro. Concretamente en el pasaje del Libro de Isaías. “El Día del Señor está llegando. Para arrasar la tierra y destruir a los pecadores. El Sol se oscurecerá y la Luna no nos dará su luz”. Vamos, más claro el agua.