Ya no cabe duda. Mucho tiempo después de que desaparezcamos, cuando una civilización alienígena llegue a la Tierra sabrá de nuestro paso por aquí por un pequeño detalle. Los microplásticos que estamos extendiendo por todo el planeta. Desde las profundidades del mar, a las montañas y ahora sabemos también que hasta en el hielo ártico

Es lo que han detectado investigadores del Instituto Wegener de Alemania. Han analizado el hielo generado en el Polo Norte después de las nevadas del último año. Y no puede decirse que haya sido una sorpresa el que hayan encontrado microfibras de plástico entre el agua congelada

Menos concentrado que en los Alpes

Y parece que su distribución es enorme. El plástico microscopico fue localizado en muestras recogidas en doce lugares diferentes. Desde islotes de hielo alrededor del Ártico a islas remotas al norte de Noruega. La única buena noticia, si así se puede considerar, es que la concentración media de microplásticos era de alrededor de 14.000 partículas por litro. En análisis realizados en la nieve alpina en Baviera, esta concentración llegó a las 150.000 partículas por litro.

Recogiendo muestras de nieve y hielo, derritiéndolo y filtrándolo es como los investigadores han localizado fibras plásticas de entre 11 y 5 micras. Restos multicolores de goma, envoltorios y otros tipos de materiales fabricados con plástico. 

Ahora queda dilucidar cómo han llegado estos residuos a un área tan remota y que hasta ahora se creía el último oasis sin contaminar. La respuesta más preocupante es también la más evidente. Estas fibras de microplástico están suspendidas en el aire y se precipitan sobre el Ártico arrastradas por las nevadas. Lo que implica que también se encuentran en el aire que respiramos