Es una victoria, y se llama Victoria. El Real Jardín Botánico de Madrid, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha conseguido por primera vez, y tras varios intentos a lo largo de los últimos tres años, la floración de un ejemplar de Victoria (Hibrido Longwood), una de las plantas más valoradas en los jardines botánicos de todo el mundo.

Tras su floración la pasada madrugada del miércoles al jueves, los visitantes han podido disfrutar de la planta el jueves y el viernes. La planta de Victoria es “fruto del cruce de las dos especies existentes, concretamente V. cruziana con polen de V. amazónica”, expresa el Botánico en un comunicado. “Es un nenúfar tropical gigante de enormes hojas verdes y bordes rojizos elevados llenas de espinas con grandes flores blancas nocturnas muy perfumadas”.

Tomás Escribano, especialista en estos nenúfares tropicales recuerda que el género está dedicado a la reina Victoria de Inglaterra y lo forman dos especies. "Victoria cruziana, nativa de Argentina y Paraguay, de hojas con altos bordes verdes, bastante más tolerante al frío que la otra especie, Victoria amazonica, que requiere aguas más templadas y la coloración de sus hojas es rojiza. El cruce de ambas especies produce  híbridos de características intermedias y de más fácil cultivo como 'LongWood', obtenido por primera vez en 1998", apunta este coleccionista y experto en su cultivo. "Como curiosidad, las plantas de Victoria florecen durante la noche y cada flor dura dos días”.

Las flores de Victoria duran dos noches y después se hunden en el agua para producir el fruto, cuyas semillas son del tamaño de guisantes. Como en todas las especies de la familia Nymphaeaceae, las flores comienzan siendo femeninas.  En el género Victoria, el primer día la flor es blanca y se aprecia el estigma lleno de néctar en el centro y es entonces cuando pueden polinizarse. El segundo día la flor se ha vuelto rosada y los estambres se mueven cerrando el estigma y es entonces cuando comienzan a producir polen que los insectos podrán llevar a otras flores que estén en su primer día de floración.

Otra sorprendente característica de esta especie es la producción de calor o termogénesis. Cuando las flores abren, se produce dentro de ellas un aumento de temperatura de hasta 10ºC respecto a la temperatura ambiental. Esto permite difundir el intenso aroma a piña madura del néctar hasta muy lejos y atraer a su polinizador, el escarabajo de la especie Cyclocephala castanea. Éste quedará atrapado en el interior de la flor cuando al llegar la mañana la flor se cierre. En su afán por escapar, el escarabajo se impregnará de polen y cuando la flor abra la siguiente noche estará preparado para polinizar otra flor.