La producción eléctrica con carbón está descendido en la Unión Europea. El año pasado, este modo de generación bajó un 24% respecto al anterior, debido a los precios de los derechos de emisión de CO2 que han de pagar las térmicas y al despegue de las fuentes renovables. Así, la energía eólica y la solar registraron cierta expansión, y por primera vez han superado al carbón en la producción eléctrica en la UE. Son datos de un estudio que ha llevado a cabo Agora Energiewende junto con el centro de estudios británico Sandbag.

La causa principal del descenso de energía obtenida a partir de carbón, que emite mucho CO2, es que es más cara que la electricidad obtenida a partir de gas natural, la energía nuclear o las fuentes renovables. En 2019, el porcentaje de energías renovables en la producción de electricidad creció hasta un 34,6% en toda la UE: 1,8 puntos más. La electricidad obtenida ha sido sustituida con electricidad procedente de las centrales eléctricas de gas y con electricidad obtenida con fuentes renovables.

Ha sido en todos los países de la UE donde se ha podido observar ese descenso de la transformación del carbón en electricidad. No obstante, en el grupo que forman Alemania, España, Países Bajos, Reino Unido e Italia se produjo el 80% de la reducción de la transformación de hulla en electricidad. Por materiales, la producción de electricidad en centrales eléctricas de hulla bajó un 32% en toda Europa, mientras que la transformación del lignito en electricidad lo hizo un 16%. En cuanto al lignito, casi dos tercios de la bajada pueden atribuirse solamente a Alemania y Polonia.

La producción de electricidad de aerogeneradores e instalaciones solares creció en 64 teravatios hora, y superó por primera vez las cantidades de electricidad obtenida del carbón con 569 teravatios hora. Los aerogeneradores suministraron un 14% más de electricidad que el año precedente. La producción de energía eléctrica solar aumentó un 7%. Las centrales nucleares registraron un ligero descenso del 1%. Las centrales eléctricas de gas fueron las únicas productoras de electricidad convencionales en las que la producción de electricidad subió, y lo hizo un 12%.

Para el 2030, un tercio de la energía total de la UE debería proceder de las energías renovables.