Una idea fascinante nos lleva a imaginar un mundo con distintas especies de humanos. Una sociedad en la que convivieran sapiens con neandertales, denisovanos e incluso hombres de Flores. En realidad parece que es así. Solo que todas las especies están conviviendo en una: nosotros.

Hace 50.000 años

Es lo que poco a poco parece que va confirmándose. La mezcla de unas especies humanas con otras. El rastro genético que se va extiendo desde hace más de 50.000 años. Ahora les ha llegado el turno a los neandertales y los denisovanos. No solo convivieron, si no que también tuvieron descendencia conjunta.

El conocido Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha encontrado el tesoro en una cueva en el propio valle de Denisova. Según la secuencia genética de los restos humanos de un individuo encontrado en la zona, su madre era una neandertal y su padre un denisovano. Es sin duda un descubrimiento crucial: hasta ahora, la posibilidad de descendencia entre los dos grupos era meramente teórica. Ahora han hallado la pistola humeante. 

Migración neandertal

Pero no solo eso. El análisis de una parte de hueso largo de un individuo de alrededor de 13 años ha permitido extraer más conclusiones. Los científicos han estimado que no solo hubo mezcla en los padres de este joven. También sus progenitores tenían orígenes familiares diversos. Por ejemplo, ha determinado que la procedencia de la madre estaba más cerca de los neandertal occidentales que de sus propios compañeros que vivían cerca de la cueva de Denisova. Y que en la familia del padre también había rastros de presencia neandetal.

Este rasgo también permite deducir que los neandertales emigraron desde las zonas centrales de Europa hasta las llanuras siberianas muchos miles de años antes de su desaparición.